La marcha militar “Avenida de las Camelias” fue compuesta por el Capitán de Banda, Pedro Maranesi, en el año 1915. La escribió sobre el parche de un bombo, en un lugar denominado Campo del Durazno (Rosario de la Frontera, Salta), a donde había llegado con la 5º división del Ejército para realizar maniobras. La calle que acababan de abrir se llamaba así.
Al Suboficial Mayor de la Banda de Música de la Policía de Corrientes, Eduardo César Parras es la marcha que más le gusta, junto con “El uno grande”, escrita por Pinto y Ambrosi para el Regimiento de Patricios del Ejército Argentino.
Eduardo Parras tiene 57 años y hace 32 que ingresó a la Banda como tambor mayor, más conocido como “bastón mayor” y más señalado en las presentaciones de la agrupación como “el señor que hace los malabares”. Todas las acepciones tienen su razón de ser, al igual que esta historia y el orgullo que para el profesional representa la continuidad en el cargo.
“Tendría 11 o 12 años cuando ingresé al Batallón 22 de Exploradores de Don Bosco, en el Colegio Salesiano; me llevó mi primo que era abanderado. Después, cuando hice el servicio militar, por mis aptitudes me designaron directamente en la Banda del Regimiento 5 de Paso de los Libres. El Cabo Primero Leiva me enseñó el “lenguaje” del bastón y cuando él faltaba, yo formaba en su reemplazo.
Cuando me alisté en la Policía de Corrientes como agente, a solicitud del Director de la Banda, Comisario Principal Francisco Venancio Coronel, me incorporé a la agrupación como tambor mayor y estoy desde entonces, más de la mitad de mi vida y aun me emociona contarlo”.
Parras está casado, tienen seis hijos y seis nietos. Sabe muy poco de música pero ejecuta todos los instrumentos de percusión, desde el tambor a la batería. Dice que cada movimiento del bastón tiene su significado: de frente march, grupo a la derecha, grupo a la izquierda; que si bien practica, se le ha caído varias veces de las manos y aunque supo salir airoso de la situación, confía en que no se repita. Que se lo conoce como tambor mayor porque va delante de los tambores y es el superior, como un jefe en la jerarquía. Que el bastón es de madera y la selección es a criterio de quien lo maneja, se sugiere que tenga pocas vetas para que el movimiento sea más parejo. Que se siente capaz de seguir en su puesto por muchos años y que no tiene vergüenza en reconocer su emoción cada vez que la Banda interpreta el Himno Nacional Argentino y se detiene a mirar los rostros de la gente y sobre todo de los niños. Que se lleva muy bien con sus compañeros y con el director, Comisario Inspector Ramón Ernesto Aguilar.
El bastón de mando que con firmeza sujeta Eduardo Parras, viste una cinta argentina que cual penacho de cielo vuelve al aire y de regreso trae la Patria consigo. Es apenas una pieza de palo, que dignifica su destino al ser ungido con el atributo de tambor mayor de la Banda de Música de la Policía de Corrientes.
Parras ha cumplido el sueño del pibe, aunque reconoce que este no es un sueño más, es una vocación de vida, es su responsabilidad diaria que con fervor de correntino, dedica en homenaje a su condición de argentino.
Moni Munilla
Al Suboficial Mayor de la Banda de Música de la Policía de Corrientes, Eduardo César Parras es la marcha que más le gusta, junto con “El uno grande”, escrita por Pinto y Ambrosi para el Regimiento de Patricios del Ejército Argentino.
Eduardo Parras tiene 57 años y hace 32 que ingresó a la Banda como tambor mayor, más conocido como “bastón mayor” y más señalado en las presentaciones de la agrupación como “el señor que hace los malabares”. Todas las acepciones tienen su razón de ser, al igual que esta historia y el orgullo que para el profesional representa la continuidad en el cargo.
“Tendría 11 o 12 años cuando ingresé al Batallón 22 de Exploradores de Don Bosco, en el Colegio Salesiano; me llevó mi primo que era abanderado. Después, cuando hice el servicio militar, por mis aptitudes me designaron directamente en la Banda del Regimiento 5 de Paso de los Libres. El Cabo Primero Leiva me enseñó el “lenguaje” del bastón y cuando él faltaba, yo formaba en su reemplazo.
Cuando me alisté en la Policía de Corrientes como agente, a solicitud del Director de la Banda, Comisario Principal Francisco Venancio Coronel, me incorporé a la agrupación como tambor mayor y estoy desde entonces, más de la mitad de mi vida y aun me emociona contarlo”.
Parras está casado, tienen seis hijos y seis nietos. Sabe muy poco de música pero ejecuta todos los instrumentos de percusión, desde el tambor a la batería. Dice que cada movimiento del bastón tiene su significado: de frente march, grupo a la derecha, grupo a la izquierda; que si bien practica, se le ha caído varias veces de las manos y aunque supo salir airoso de la situación, confía en que no se repita. Que se lo conoce como tambor mayor porque va delante de los tambores y es el superior, como un jefe en la jerarquía. Que el bastón es de madera y la selección es a criterio de quien lo maneja, se sugiere que tenga pocas vetas para que el movimiento sea más parejo. Que se siente capaz de seguir en su puesto por muchos años y que no tiene vergüenza en reconocer su emoción cada vez que la Banda interpreta el Himno Nacional Argentino y se detiene a mirar los rostros de la gente y sobre todo de los niños. Que se lleva muy bien con sus compañeros y con el director, Comisario Inspector Ramón Ernesto Aguilar.
El bastón de mando que con firmeza sujeta Eduardo Parras, viste una cinta argentina que cual penacho de cielo vuelve al aire y de regreso trae la Patria consigo. Es apenas una pieza de palo, que dignifica su destino al ser ungido con el atributo de tambor mayor de la Banda de Música de la Policía de Corrientes.
Parras ha cumplido el sueño del pibe, aunque reconoce que este no es un sueño más, es una vocación de vida, es su responsabilidad diaria que con fervor de correntino, dedica en homenaje a su condición de argentino.
Moni Munilla
