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Barrio cerrado: un concepto alternativo que promete una mejor calidad de vida

Por El Litoral

Lunes, 12 de marzo de 2012 a las 05:26
IONERO. Laguna, Pueblo Nuevo, es el primer barrio privado que apareció en la ciudad. Se erige a la vera de la Laguna Soto.
El ingenio, compromiso e inversión correntina son capaces de armonizar y crear las condiciones para mejorar la calidad de vida. Es el caso de una tendencia empresarial local que promueve la aparición de barrios privados y cerrados. Planificados. Pensados y con todas las garantías para el disfrute de un hogar con el objetivo de la felicidad familiar.
Los proyectos están cerca del centro administrativo y del casco histórico de la ciudad, pero lejos, años luz, de la anarquía de un tránsito saturado por un parque automotor cada vez más numeroso. Distantes de la inseguridad. De la congestión humana. De la intranquilidad. De los ruidos molestos. Por el contrario, se erigen con la misión de ser la contracara. Lo opuesto. Una panacea al alcance de la mano de los correntinos, ante la falta de planificación urbana.
Una propuesta en ejecución, palpable, punta de lanza de este nuevo proceso de inversión y pronto a convertirse en realidad y vidriera de la modalidad, es el barrio Laguna, Pueblo Nuevo.
Son 68 lotes en un predio cerrado de 12 hectáreas, ubicadas a la vera de la Laguna Soto. Destinados para viviendas. A unos 20 minutos del centro de la ciudad, a 2 del aeropuerto internacional Doctor Fernando Piragine Niveyro, a pasos del Golf Club Corrientes y a pocos kilómetros del pueblo de Santa Ana.
Nació de la inspiración creadora del matrimonio de Valeria Rolón y Porfirio Antonio Aquino. Se gesta con el concepto del desarrollo de una vida feliz, sustentada en la tranquilidad con todas las necesidades satisfechas en armonía con la naturaleza.
Y es esta cosmovisión impuso una planificación del barrio como una mini ciudad, pero integrándose al bosque del lugar. Sin alterarlo, sino que conviviendo. Logrando así una conjugación de la intimidad familiar con la experiencia al aire libre y la relación en comunidad con los vecinos.
Más de 40 lotes ya tienen propietarios. Muchos de estos tienen avanzada la construcción de sus casas. Estos constituyen una sociedad que administran el barrio. Existen dos reglamentos, uno de construcción y otro de convivencia, que regulan la vida en sociedad del lugar. Tiene todas las necesidades básicas satisfechas, como ser servicios de agua potable, energía eléctrica, cloacas, recolección de residuos, jardinería para los espacios común, alumbrado público, vigilancia privada, entre otros. Tiene hecha el cerco perimetral eléctrico para seguridad.
Además de las comodidades particulares, se está terminando de construir una pileta de natación común de 5 metros por 25 y el lugar para tomar sol muy cerca de la vera de la laguna. Todos los vecinos del barrio tendrán a disposición la playa.
"Hay mucha gente que actualmente vive en departamentos y busca todo lo contrario. Quiere tener más lugar, vivir en un espacio verde, sintiéndose tranquilo y protegido", cuentan Valeria y Porfirio a El Litoral.
Los lotes son variables. Hay algunos de 700 metros cuadrados, otros de 1.100 y existen otros hasta de 200. El predio de 12 hectáreas fue dividido en 6 para el loteo y lo restante fue destinado para la conservación de los espacios verdes. Hay montes naturales, implantados, humedales, sendas para caminar, de playa. "Una vez que maduramos la idea, para diseñar el pueblo trabajamos en un verdadero equipo interdisciplinar para tener en cuenta todos los detalles partiendo de la base del concepto de barrio que quisimos", señalan los mentores. En el marco de esta tarea se hizo el revelamiento de la totalidad de los árboles existentes en el predio. En cantidad y en especies. Toda esta información se volcó en un plano y en base a esto se hizo el diseño final.

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