Los responsables de la Biblioteca “Juan José Folguerá” y el grupo “Los Borgianos”, descubrieron una placa para rendir homenaje al paso de Borges por la “ciudad del lapacho en flor”. La iniciativa de la escritora Elena Zelada de Fiorio, tomó forma al recabar información sobre aquel hecho del cual no se tenía fecha precisa. Con el aporte del director del Archivo General de la Provincia, Leopoldo Jantus, se recogió el dato cierto de la fecha en cuestión y la crónica de los periodistas de la época, completaron la noticia, con esos titulares hasta hoy gratamente emotivos al decir: “Llegó Borges a Corrientes”. El escritor arribó al aeropuerto Pira-gine Niveyro “que entonces se llamaba Cambá Punta”, como señaló Fiorio, “con su esposa, Elsa Astete. Lo recibió el presidente de la Sade local, el escritor Franklin Rúveda y a requerimiento de los reporteros contestó algunas preguntas”.
Su escaso equipaje, dos pequeños bolsos, llamó la atención de un periodista que preguntó “¿Eso es todo?”. “Eso es todo”, respondió Jorge Luis. “Lo demás es ilusión”.
De los recuerdos a esta realidad para el homenaje al cumplirse un nuevo aniversario de su fallecimiento (el 14 de junio de 1986). Y vuelta al pasado para escuchar algunos datos curiosos de lo que fue aquella conferencia.
“Me contaba el profesor Enrique Piñeyro que hubo mucha gente, tanta que él no se animó a entrar. Algo parecido le ocurrió al escritor Darwy Berti, pero en su caso, no pudo ingresar a la sala por no tener corbata”.
El historiador Felipe Bonastre, presente en este acto, recordó que estuvo en la reunión mencionada, precisó el sitio en que ubicaron el estrado y mencionó que Borges ha-bló sobre Dostoievski.
“Tuve la feliz idea de asistir”, se-ñaló.
Dicen que alguien propuso al vi-sitante escuchar un sapucay, pero no midieron el volumen del particular grito del alma del correntino. “Estoy ciego pero no sordo”, bromeó Borges.
El gerente del Jockey Club, Mi-guel Angel Soto, agradeció la instalación de la placa conmemorativa del paso de Jorge Luis Borges “le da un valor cultural superior a esta casa”, destacó.
El cuento policial
El profesor Marcelo Fernández, Elena Zelada de Fiorio, Miguel An-gel Soto y el doctor Gustavo Sánchez Mariño, descubrieron la placa que de ahora en más, lucirá en el salón principal del Jockey Club.
“Borges fue el creador del canon en esta materia literaria en la Re-pública Argentina”, dijo Gustavo Sánchez Mariño al referirse a los cuentos policiales que Jorge Luis comenzó a escribir en la revista “El hogar”, en la década del ‘30.
“El cuento policial es el último canto del cisne del siglo XX. Borges tenía una percepción estética profunda, era un artista consumado”, agregó en medio de una interesante explicación de cómo veía Borges el cuento policial.
“Hay un enigma desde el comienzo, planteado abiertamente. Un protagonista que no es el narrador, que intenta desentrañar el ‘intríngulis’.
El detective pone en práctica el desarrollo lógico para llegar al lector de una manera clara, para que él mismo intente resolver el misterio.
No le gustaba la novela policial, por el hecho de no poder sostener el enigma en 300 páginas”.
Testimonios, valoraciones, reconocimiento a uno de los autores más destacados del siglo XX.
Jorge Luis Borges no ganó el premio Nobel, pero se lo premia diariamente. Con la lectura de sus obras, con la valoración universal que adquiere con el tiempo. “Todo es tan raro”, decía el hombre que temía a los laberintos.
Uno no puede distraerse ante su magnífica presencia, en una placa que lo nombra.
Moni Munilla