El bandoneonista Diego Gutiérrez se presentó en el centro de la escena con un espectacular grupo de músicos que lo secundaron en el repertorio que en principio le dedicó a Ita Ibaté, su pueblo natal. Agradecido con este momento que afortunadamente le toca protagonizar y una avasallante carrera que no para de darle satisfacciones desde que ganó el concurso nacional televisivo Talento Argentino, Diego dijo sentirse un profeta en su tierra.
Contó la versión de los paisanos que se cruzaron en duelo al pedir que tocara La calandria por un lado y Kilómetro 11 según el gusto del otro, pero para conformar a ambos, al mismo tiempo ejecutó ambas composiciones de dos grandes, Isaco y Tránsito.
La conexión con el público que tiene Diego es en primera persona. Un chico de pueblo que cautivó al país desde la pantalla televisiva, cada vez que sube a un escenario afirma su talento, que ya no es solo argentino, sino internacional.