CONSTRUCCION EMBLEMATICA DE LA SOCIEDAD CORRENTINA
En la esquina de las calles Yrigoyen y Mendoza, desde hace más de 100 años se erige uno de los edificios más emblemáticos y nostálgicos para parte de la sociedad correntina por ser el escenario de miles de fiestas y reuniones sociales: el Club Social Jockey Club. Se trata de una construcción de 1908 que en sus paredes registra la arquitectura de una época liberal y ecléctica acorde a las construcciones europeas.
Durante muchos años se convirtió en el centro de las fiestas y celebraciones de eventos sociales de las clases altas de la sociedad correntina.
Construida en 1908 por el arquitecto local Adolfo Gallino Hardoy (quien fue uno de los primeros arquitectos en recibirse de la Escuela de Arquitectura de Buenos Aires) con el fin de ser la residencia de la familia de Manuel Ferré pero posteriormente fue vendido al Jockey Club de Corrientes. Desde entonces se transformó en uno de los lugares más emblemáticos para las reuniones sociales correntinas.
“Lo que actualmente es un salón, cuando el Jockey Club adquirió la casa se trataba de un jardín de invierno”, señaló uno de los miembros de la Comisión Directiva de la entidad.
Según explica la arquitecta María Soledad Maciel en uno de sus trabajos, el edificio del Jockey Club es un representante de la arquitectura del liberalismo que se manifestó entre fines del 1800 y las primeras décadas del siglo XX. La profesional define a dicha construcción como un referente de la corriente del eclecticismo ya que cuenta con “características formales pintoresquistas y reminiscencias de los castillos del historicismo de fines del siglo XIX”.
Por otro lado, la arquitecta Ángela Sánchez Negrete señala en una de sus obras, la imponencia de la construcción es otorgada por el retiro de los jardines, así como también la “coexistencia de estilos diferentes como la arquitectura mudéjar (estilo hispánico-musulmán) como del romanticismo”. Dichos ejemplos son cubiertas de tejas árabes a dos aguas y las torretas que presenta el edificio.
En cuanto al interior de la obra, la influencia europea es aún mayor, registrando un imponente salón con pisos de mármol e inclusive una célebre y reconocida a nivel local escalera imperial de mármol de carrara traídos desde el Viejo Continente. Según Sánchez Negrete, “los salones responden a un clasicismo propio de la burguesía de la época” y cuyos materiales nobles pueden apreciarse tanto en la imponente escalera imperial que desciende a los amplios salones y al vestíbulo, el cual fue el escenario de innumerables fiestas y celebraciones de la sociedad correntina.
Por su parte, lo que actualmente es un estacionamiento, antes de las diversas refacciones que sufrió la estructura fue una caballeriza de carruajes.
Actualmente, una de las torres del edificio se encuentra deteriorada e inclusive faltante ante el riesgo de derrumbe que corría y en uno de los patios ubicados sobre la calle Yrigoyen funciona una reconocida cafetería.