Los grupos coercitivos trabajan con la zona periférica del cerebro, es decir desde la emoción. Por eso lo hacen desde la historia de las personas. Una de las técnicas de persuasión coercitiva son las confesiones íntimas, donde se aborda la vulnerabilidad de la persona.
La persuasión coercitiva además puede ser personal, impersonal, inclusive en masa. Se diferencia de la persuasión porque ésta emplea técnicas para llamar la atención desde la razón. Mientras que la coerción implica captación, conversión y adoctrinamiento en algunos casos.
El impacto se evidencia en distintas áreas, entre ellas las ambientales y sociales, económicas, cognitivas y psicológicas. Algunas de ellas consisten en la separación de su grupo familiar, de su trabajo, de sus amigos, en la elección y control de la pareja, mala alimentación, entre otros.