¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

PUBLICIDAD

Entre Tarragó Ros y Mario Millán Medina

Por El Litoral

Sabado, 31 de diciembre de 2016 a las 01:00

Juancito Güenaga comenzó con su conjunto el 29 de octubre de 1968. En el 2018 va a cumplir 50 años de trayectoria, “ya es una vida hecha música. La suerte me ha sonreído en estos años, pero yo también la he ayudado”, advierte. Entre los próceres del chamamé, Juancito Güenaga tuvo oportunidad de conocer a Tarragó Ros y Mario Millán Medina, con ellos compartió escenario, comió, bebió, los escuchó y como un discípulo fiel siguió su vida tras aquellos mandatos.  
“Al poco tiempo de comenzar la vida musical lo conozco a Tarragó Ros, al Rey del Chamamé. Fue en el año 70, en el Club Belgrano. Tarragó me dio su acordeón y su conjunto para tocar, él se quedó al lado mío y eso me marcó a fuego. Yo tuve la suerte de tocar en varias oportunidades con el acordeón de Tarragó y su conjunto”, cuenta Juancito y la voz se le comienza a anudar.
Desde aquellos años el estilo de Juancito Güenaga quedó sellado para siempre. Tarragó Ros ya era el rey indiscutido del chamamé, había vendido entonces tres millones de discos cuando no ha había Mp3, no se copiaba ni pegaba en la computadora, no había Youtube ni Spotify. 
“Tarragó me decía: ‘no sabés todo lo que tuve que luchar para ser lo poquito que soy’. Tarragó era de poco hablar, tenía pocos amigos, hablaba muy poco”, comenta Juancito Güenaga y ahora las palabras caen como en cascada cual torrente avasallador.

“Recuerdo que un día, tras un almuerzo en el Hotel de Turismo, estaban Estigarribia, Cañete, Panosso, Oscar Ríos, Salazar Fernández, Gregoria de la Vega y cuando terminamos de comer Tarragó Ros me dice: ‘Cuando yo me muera quiero que Juancito me haga la despedida con Madrecita’. Tarragó no tenía 50 años cuando me dijo eso”, relata.
Cuando fallece Tarragó Ros y es llevado a Curuzú Cuatiá para su sepelio final, los músicos de Tarragó lo buscaron para que él tocara como había sido el deseo de Tarragó. Tras esta anécdota vuelve el silencio telefónico. Difícil cortar entonces el clima de la historia. Entonces es Juancito quien vuelve todo más cálido y ameno.
“Es increíble cómo Tarragó Ros pensaba en todo. Ahora bien, yo tengo 66 años y no pienso morir. Es más, a nadie le dije que me toque tal o cual tema porque no me pienso morir. Y Tarragó Ros tenía 46 ó 47 años cuando me dio aquel mandato. Tarragó tenía pocas amistades y yo tuve la suerte de que me eligiera entre sus pocos amigos. Por ello nos ha ido bien y hemos grabado más de 30 discos en estos años”, resalta Güenaga.

Ahora bien, en su vida musical también hay otro pilar importante. ¿Usted ha grabado gran parte de la obra de Mario Millán Medina?
Juancito Güenaga: Así es. Esto fue un rescate cultural del que no hay antecedentes en la historia chamamecera de Corrientes. Hemos grabado 100 temas de Mario Millán Medina. Hemos hecho seis compactos, los rotulamos justamente por volúmenes porque sabíamos que iban a ser unos cuantos. Fue un trabajo que me costó muchísimo.

¿Usted lo conoció a Mario Millán Medina?
Juancito Güenaga: Claro, me olvidé de mencionar eso. Tengo un recuerdo hermoso. Era allá por febrero de 1976. Fue en el Primer Festival de Chamamé en Federal. Estábamos allá Abelardo Dimotta, Linares Cardozo, Tarragó Ros, Mario Millán Medina, Ramón Merlo, Ramón Ayala, entre los que me acuerdo, y entre ellos estaba yo. Esa noche había tocado Tarragó Ros y después toqué con mi conjunto. Cuando me bajo del escenario un paisanito me estaba esperando, era un paisanito petiso: era Mario Millán Medina, quien me abrazaba y llorando me dijo: “Ahora me voy a morir tranquilo porque sé que mi música no va a morir”. Estas palabras de Mario Millán Medina me quedaron grabadas a fuego.
Entonces hace unos años atrás comencé a revisar y hay cosas inhallables de Mario Millán Medina, su obra se conocía por diez o quince temas. Había temas como “Padre de mi patria”, “Ranchito blanco”, “Pueblito de yatai”, “Tardecita de amor”, todas estas cosas no se conseguían. Estas cosas y muchas otras más las grabamos en estos 100 temas repartidos en seis volúmenes. Me costó diez años de trabajo. 
¿Qué significaba o qué significa para usted Mario Millán Medina?
Juancito Güenaga: Para mí Mario era el Molina Campos de las letras. El era como Molina Campos, un acuarelista del paisano, de nuestro campo. Mario Millán Medina en dos o tres minutos resumía toda una situación, porque todas sus letras eran vivencias, situaciones, él sabía y conocía totalmente las costumbres de los paisanos. Esas cosas Millán Medina tenía en sus letras. Hace poco falleció su esposa, doña Virginia Ibarrola, a los 90, a quien Mario le hizo un tema titulado “Che Virginia Porá”. ¡Qué tema! Escúchelo si puede porque ese tema es una belleza. Toda la obra de Millán Medina es importante.

Últimas noticias

PUBLICIDAD