GERARDO MORALES CUYE
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Transmitiendo mucho carisma desde el escenario, la banda de “metal bizarro” Asspera dio su primer show en Corrientes en la noche del sábado pasado. El espectáculo tuvo lugar en la cancha de básquet del club Boca Unidos en el marco de su gira por el Nordeste, y los oriundos de Buenos Aires repasaron sus éxitos además de presentar su último disco.
Resulta difícil encontrar una banda que logre una conexión perfecta con el público, sobre todo si es la primera vez que se presentan en un lugar. Más complicado también se torna lograr esto cuando la oferta musical se encuadra en cuestiones poco convencionales, no tanto por la ejecución de los instrumentos sino por las temáticas que abordan.
Sin embargo, nada de esto fue un impedimento para que los metaleros correntinos, chaqueños (que se acercaron en gran cantidad) y de otras partes de la región puedan disfrutar de un divertido show que dio Asspera el sábado, en el que el metal se conjugó con cuestiones que no suelen ser de su ámbito, pero que el combo resultó en un espectáculo que se disfrutó de principio a fin. Quizá el sonido no fue el mejor, pero esto se debe a que la cancha de básquet de Boca Unidos es solamente para hacer picar una pelota, no para escuchar heavy metal.
Haciendo hincapié en la conexión público-músicos, quizá alguien ajeno a los recitales de rock pesado no lo entienda, pero sorprendió cómo Richar Asspero, el cantante, manejó a la masa que se pegó a la valla para tener a los integrantes bien de cerca, saltar, reír, empujarse y dar rienda suelta a la locura. De hecho, en un momento entre tema y tema, el propio vocalista expresó que nunca vivieron algo similar, y que “de ahora en más vamos a hacer esto en todos nuestros recitales”.
Mientras tanto sonaron todas las canciones de Asspera que sus fanáticos fueron a escuchar, y que aquellos que no conocían bien al conjunto querían oír. Nombrar los títulos de algunas de estas composiciones podría ser tomado como un despropósito y hasta quizá afectaría a la sensibilidad de más de un lector, pero pese a que los temas cuentan historias y realidades directas y crudas, la diversión y la buena música está asegurada con la excelencia de sus integrantes.
Párrafo aparte merece el guitarrista Rockardo Asspero (Julián Barrett), quien está considerado como uno de los mejores en su puesto dentro de la escena actual, y que lo confirmó con su performance en Corrientes. El solo que hace en la canción “Patada en los Huevos” no tiene nada que envidiar al que puede hacer el violero de cualquier banda de metal internacional, más teniendo en cuenta que él también integra la formación de la cantante finesa Tarja Turunen.
Un desahogo
Como el chamamé, el metal también tiene un sector que es bastante reticente a los cambios. Su lírica relacionada a lo sexual, lo escatológico y lo bizarro, sumado a sus desopilantes shows le valió a Asspera cierto recelo por parte de los metaleros. Es válido pensar que todo esto resulta algo inmaduro, pero cualquier otra crítica queda de lado cuando se escucha la calidad musical de la banda.
De todas formas viendo a esta banda en vivo, el comportamiento de sus seguidores (quienes se denominan como “cumpas”), queda claro lo que vienen a buscar. Lo que quiere su gente es desahogarse de la manera más rápida (y la mejor) que hay: maldecir por todo lo que está mal en la sociedad, en la política y en la religión, en todo el sistema.
El mensaje de Asspera es el mismo en cuanto a crítica social, al poder político, económico, a los medios y a los problemas de la vida, pero lo que cambia es la forma de decir. Sólo hay que comparar la letra de “Gil Trabajador” de Hermética con la de “Gambeta” de “la A”. En el último el lenguaje cambia a uno más acorde al que se maneja en estos tiempos (diferente a la de los 80), pero el mensaje es el mismo: la explotación a la clase obrera en un intento porque ésta se reconozca como tal.
Con todo esto sabido puede que no resulte tan extravagante la presencia de un travesti haciendo solos, porque la gente necesita tener una voz que diga lo que todos dicen, en la forma en que todos lo dicen. “Nuestra música es incomercial por donde se la mire, y por eso las radios no la pasan”, había dicho a El Litoral el cantante de la banda, y esto magnifica aún más este fenómeno que se inició con la crisis del 2001.
Explicaciones al margen, Asspera dejó en Corrientes una bocanada de aire metalero para sus fanáticos, de esas que se necesitan para salir de la cotidianeidad y posicionar a la ciudad como una alternativa válida para espectáculos que salen de lo común, pero que son necesarios para algunos.