POR MARIA NYDIA ROMERO
@nydiaromero
Corrientes se funda un 3 de abril de 1588 y a través del tiempo se sucedieron cambios arquitectónicos importantes, que hoy la siguen definiendo como una ciudad clásica.
El Litoral, a través de los datos aportados por el presidente del Instituto de Cultura de la Provincia, Gabriel Romero y el director del Museo Histórico Provincial, Miguel Fernando González Azcoaga reflejará en este informe especial, la evolución de las construcciones desde su fundación hasta estos días.
La historia relata la existencia de influencias bien marcadas como la Colonial; Neoclásico; italiano, francés; inglés; el Art decó que inicia el periodo de la modernidad que continúa desarrollándose hasta estos tiempos.
Hay que considerar que la adopción de cierta arquitectura, era un signo de prestigio, de nobleza y se produjeron a raíz de diferentes movimientos históricos y culturales.
Fundación
La fundación de la ciudad se produce en el año 1588, en la zona del puente General Belgrano, con el primer asentamiento, que era un sector rodeado de una empalizada que tenía la protección de la Cruz de los Milagros. Luego aproximadamente en el año 1600, se trasladó la ciudad y se formó un segundo asentamiento en la zona de la plaza 25 de Mayo.
Epoca Colonial
El periodo colonial de 1800, data de la época de las Leyes de Indias, que establecían cómo debían ser las ciudades de América. Corrientes está definida por el trazado en damero, en rectángulo, había proyección del sol a partir de la fachada y las calles eran angostas y debían estar en zonas altas, cerca del agua.
Corrientes tiene una gran influencia de Paraguay, por lo que la arquitectura se caracterizó por sus paredes a la francesa, armadas en torno a un enrejado de madera y rellenadas con barro, que después inmediatamente van a ser suplantadas por la paredes de adobe.
Los techos inicialmente eran tejas de palma cortada acanalada, porque eran fáciles de conseguir, y luego van a ser sustituidas por las tejas de barro cocido o tejas musleras, porque se fabricaban en torno al muslo de la persona.
La invención más importante de la época son las casas de galería al exterior, que formaban lo que se llamaba la manzana isla, que era una sucesión contínua de casas de galería, lo que significaba que era muy amiga del clima y en consecuencia la gente tenía el hábito de permanecer más tiempo, en los espacios libres.
Los historiadores como Ramón Gutiérrez o Angela Sánchez Negrette, sostienen que las casas de galería al exterior tienen que ver con una relectura de las malocas, que eran las casas históricas de los guaraníes a modo de grandes chozas, donde vivía la familia completa.
Las construcciones correntinas estaban atadas al barro y también a la madera dura, que se usaba para los horcones de las galerías internas y externas, se utilizaban las tacuaras para sostener los techos en dos aguas, por lo que se requería mantenimiento constante, ya que se deterioraba con el tiempo y por la humedad.
Algunas de las expresiones de esta época fueron el Cabildo del año 1600; la Iglesia Matriz; la Casa Martínez, que se comenzó a construir en el 1688 y se terminó en 1890; la Casa Méndez de 1700.
Arquitectura Neóclasica
La etapa colonial se empieza a transformar con la creación del Virreinato del río de la Plata en 1776 y la expulsión de los Jesuitas a finales del siglo XVIII, sucesos que incorporan este nuevo estilo arquitectónico, que es el neoclásico y que elimina la galería exterior e incorpora un lenguaje de cierto grado académico, ya que aparecen una especies de pilastras de gran altura, se utiliza el ladrillo cocido, piedras y elementos de mayor calidad.
Otros de los acontecimientos que comenzaron a influenciar en la época colonial, fue en 1850 con el desarrollo del área litoral fluvial y gracias a la navegación, empiezan a ingresar los inmigrantes italianos durante los gobiernos de Ferré y Pujol.
Comienzan las transformaciones con los primeros agrimensores, que rectifican las calles y aparecen nuevos materiales como la cal, el hierro, que permiten hacer edificios en mayor dimensión y altura.
Arquitectura italiana
Y en consecuencia, la capital correntina, en el siglo XIX y comienzos del XX se caracteriza por una arquitectura italiana, con grandes constructores como Nicolás Grosso y Juan Cool que realizan obras como la Escuela Belgrano, la Escuela Sarmiento, la Sociedad Italiana, el Castillo del gobernador Robert, la casa de Juan Desimoni y una gran cantidad de viviendas que trasforman la ciudad colonial en una ciudad más urbanizada con altura, sin galería externa y las fachadas coloniales se dilapidaban porque era signo de estancamiento en la época hispana.
No obstante algunas obras de Cool, manifestaron algunos defectos en sus cimientos, por ejemplo en la iglesia La Cruz y en la cárcel, porque él sostenía que “si las paredes eran espesas podían sostener la techumbre y no hacían falta cimientos tan profundos”.
Arquitectura Francesa
Hacia 1922 se sigue con la adopción de los modelos europeos y se comienza a incorporar una nueva tipología arquitectónica, ya no eran casas de patios, sino eran petit hotel, edificios compactos, con una especie de hall de doble altura, las habitaciones de prestigio estaban en la planta alta. Por lo que se empezó a despegar de los grandes palacios italianos para mirar lo francés como un símbolo de prestigio al comienzo del siglo XX.
También se incorporaron los techos de mansardas, que eran tejas diseñadas para que se deslice la nieve, era una cuestión de nobles, de querer parecerse a París.
Hay que tener en cuenta que a finales del siglo XIX y XX conviven la arquitectura italiana, francesa e inglesa.
Arquitectura Inglesa
Estaba orientada a la arquitectura utilitaria el ferrocarril y el puerto, no hay un oficio más significativo de este periodo como el puerto local, un edificio traído de Inglaterra con una estructura metálica con cerramiento de ladrillos a la vista. Fue traído en un barco y se puede desplazar de una ciudad a otra y allí funcionaban los edificios ferrocarrileros como portuarios, el sector administrativo y gerencial eran italianos o franceses y todo lo utilitario, depósito de guarda y de obreros era inglés.
Arquitectura Art decó
En 1930 llega un nuevo modelo arquitectónico el Art decó se llama así, porque fue inventado con un lenguaje muy recurrente durante la exposición de arte decorativa de 1925 de París.
Es una arquitectura geométrica, que no hace referencia a lo histórico y se va a convertir de a poco en el símbolo de la modernidad.
Se lo incorpora en el periodo donde se interrumpieron los vínculos con Europa por las guerras mundiales.
El Art decó es un lenguaje trasatlántico que es otro gran invento de la época , junto con los cines, con estructuras geométricas blancas, con características de un barco como los pasamanos cromados, los ojos de buey.
Arquitectura Moderna
La modernidad se inicia con el Art decó, en la década del 30 y se sustenta en obras de gran fuste en las décadas del 50 y 60 en Corrientes. Además ya se contaba con planes reguladores, de como debía crecer la ciudad. Se definió el trazado del puente General Belgrano y se traslado la terminal ferroautomotor.
Se caracteriza por las líneas más rectas, de estructuras pesadas, eran bodoques dentro de la ciudad, por su estructura maciza, sin arte sin belleza.
Se dio en la época de la reivindicación peronista con la presencia del pueblo a través del nacionalismo histórico, creándose en los años 70 el Correo y Lotería Correntina.
Había un crecimiento natural de Corrientes, por un lado teníamos la ciudad histórica y por el otro la ciudad de libre crecimiento.
Actualmente sigue teniendo características históricas porque a pesar de toda la destrucción, la arquitectura italiana es la que sigue definiendo la ciudad y es la que nos identifica de cualquier otra ciudad vecina.
En este mismo periodo se produce la explosión del urbanismo, en la periferia de la ciudad antigua, porque antes no existía, todo era campo. Se construye el barrio Yapeyú, el Hospital Coni, la iglesia Pompeya, dado que los barrios eran pensado como complejos con la escuela; capillas; hospital y las casas.
Los barrios se caracterizaban de acuerdo a las políticas de gobierno, lo que genera viviendas de distinta calidad, lo que permite otra lectura.
“Actualmente nos encontramos en un período de gran despliegue con los rascacielos y en la medida de que no se favorezca a los empresarios, inmobiliarias para que se trasladen y generen otras zonas con servicios, va a ser difícil que salgan del centro histórico.
Nuestra ciudad se distingue aún, porque el casco histórico está desvinculado del cívico y con el correr del tiempo continúa siendo una ciudad clásica, en su ciudad antigua”, indicó González Azcoaga.
Patrimonio
El presidente del Instituto de Cultura de la Provincia, Gabriel Romero haciendo referencia al patrimonio cultural sostuvo que “Corrientes, fue pionera en materia de preservación arquitectónica ya que en 1977, se dictó la primera ordenanza del centro histórico, que definió un área, llena de construcciones importantes culturalmente”.
“La especulación inmobiliaria y la falta de control municipal de todas las gestiones no entendieron la importancia”, dijo.
“Si bien es cierto que la ciudad no se puede congelar -agregó-, hay que ponerle vida nueva a lo antiguo, lo que significa respetar alturas, cavidades, colores, estructuras”.
En referencia a la preservación sostuvo que “hubo algunos intentos de preservación en estos últimos 25 años, para trabajar con tablas de colores, cartelería sugerida, poder trabajar en el cableado subterráneo, pero aun así los intentos son mínimos. De todos modos algunas casas se preservaron, como la Casa Martínez, Casa Molina, Casa Lagraña”.
En cuanto a normas dictaminadas, aseguró que “hay diferentes rangos de protección, la Casa Lagraña, el entorno de la plaza 25 de Mayo, la bajada de la calle Buenos Aires, el Teatro Vera y algunos edificios del interior provincial, tienen categoría monumento histórico nacional por lo que son intocables”.
“También hay una legislación nacional que protege los edificios públicos de más de 50 años, hay ordenanzas municipales que no siempre son respetadas”, indicó.
Ademas agregó “que la ciudad tenga una comisión y representante en el ámbito provincial y municipal permite de alguna manera discutir políticas de preservación”.
Por su parte el director del Museo Histórico, Miguel Fernando González Azcoaga señaló que las legislaciones están y se ha avanzado mucho desde aquella declaración del casco histórico de la ciudad”.
“El desafío de las gestiones municipales es hacerle frente a las presiones de las empresas constructoras, que a veces han puenteado la legislación o a la comisión encargada de la preservación, para hacer edificios en lugares donde no corresponde. Por ejemplo la tienda Ciudad de Corrientes, que fue demolida y actualmente se encuentra un banco, que en otros lugares del país respetó la fachada de casas histórica y sólo modificó la parte interna”.
“Otro caso de falta de gestión -agregó-, fue lo que sucedió con la cultural inglesa, que la voltearon en tres días feriados y pasaron por arriba de todo y ahora es un hueco”.
“Los controles municipales deben madurar, la Casa Martínez de 1688, fue comprada por una empresa que la demolió parcialmente, luego vino la prohibición de demolición, después de un largo proceso pero la situación nunca tuvo que hacer llegado a esta instancia”.
“Los cines Colón y Rex son testimonios de pérdidas, porque en estas dos oportunidades no sólo se perdieron las salas sino también se desvalorizaron las zonas, como por ejemplo de la esquina donde actualmente se está construyendo shopping y que fuera inspirado con la forma de un barco”.
Estos espacios se tendrían que haber reutilizado como teatros de la ciudad, salones comunitarios, son desapariciones que se dieron cuando el cine supuestamente fuera desplazado por la películas en VHS o DVD. Estos valores son irreparables y hoy esas estructuras son imposibles de levantar”, agregó.
“La comunidad debe defender su patrimonio, porque tenemos que tener cuidado con lo que trasmitimos, porque si no cuidamos lo que heredamos qué mensaje estamos dando”, subrayó.
“Después de 428 años es difícil que Corrientes pierda su identidad, clásica en una ciudad antigua y también no hay que olvidar que tenemos la costanera que si bien es una obra de ingeniería, más que de arquitectura, también hay que preservarla, porque está adaptada a la topografía de la zona y es uno de los paseos más lindos del Nordeste”, concluyó González Azcoaga.
“La comunidad debe defender su patrimonio, porque tenemos que tener cuidado con lo que trasmitimos”. GONZALEZ AZCOAGA