El perchero solidario, una iniciativa organizada con el objetivo de dar abrigos a los que más necesitan, tuvo su momento de auge durante el comienzo de otoño ya que en la ciudad se multiplicaron esos espacios de intercambio.
Algunas personas en situación de calle relataron a El Litoral que en más de una oportunidad usaron las indumentarias que colgaban en las perchas. Así por ejemplo Daniela relató: “Saqué linda ropa de ahí porque nosotros en la calle pasamos mucho frío, los buzitos que saqué de ahí me ayudaron mucho a abrigarme en estos días de frío”.
Del mismo modo, Silvia que vive en la calle hace varios años indicó que “un día que estuvo muy fresco pude obtener una frazada. Para nosotros eso es muy importante”.
Sin embargo, según se pudo ver en algunos espacios, que luego de un momento de gran popularidad estos percheros comenzaron a perder su protagonismo.
De todas formas, todavía no es tarde para realizar un nuevo aporte y según indicaron algunas personas a este medio todo lo donado es utilizado con gran afecto.