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La política no se toma vacaciones

Por El Litoral

Domingo, 15 de enero de 2017 a las 01:00

Por MarIa Herminia Grande (*)


Enero no se toma vacaciones, al menos para la sucesión de problemas reales y los que la política sigue generando. Si hablamos de las oposiciones, esta vez la atención y la tensión estuvieron dentro del Frente Renovador. Alberto Fernández, ex jefe de gabinete y socio político de Sergio Massa, fue a visitar a Milagro Sala y concitó la atención mediática al solicitar que la actual presidiaria aguarde el desarrollo de las causas judiciales que pesan sobre ella en libertad. Si bien el ex jefe de gabinete expresó que su actitud fue a título personal, la visita fue informada y acordada con Sergio Massa. Esto es de público conocimiento, pero las declaraciones altisonantes de algunos integrantes de ese espacio político evidencian que dentro del Frente Renovador existe un juego de tensiones, dado que todos no piensan lo mismo. Milagro Sala fue la acción de Alberto Fernández que trajo como reacción la concordancia con dirigentes como Héctor Daer, Felipe Solá y Facundo Moyano, en el intento, de cara al año electoral, de ordenar un esquema que permita al peronismo ser una opción nacional. Para ello creen conveniente que Sergio Massa batalle donde tiene sin lugar a dudas su estructura política y donde además se librará el mayor desafío electoral: la provincia de Buenos Aires.
No cabe duda de que todos en Buenos Aires, incluida la gobernadora María Eugenia Vidal, están intentando alquimias electorales. (A propósito, si la gestión de María Eugenia Vidal está bien encaminada, ¿cuál es la razón de los 25 mil millones de pesos extra que le envía el Ejecutivo nacional, lo que enoja al resto de los gobernadores?). Parecería, siguiendo con el análisis del futuro del Frente Renovador, que la disputa interna pasa entre aquellos que creen que hay un peronismo posible más allá de Cristina Kirchner y Sergio Massa, y los que no. Muchos se preguntan por qué Massa abraza con tanta fortaleza a Margarita Stolbizer, quien obviamente no le suma votos. La respuesta está en que Stolbizer es algo así como un certificado de buena conducta que puede ostentar el tigrense.
El fuego y el agua iteran su presencia en la geografía argentina, eso no es nuevo. Lo lamentable es que las soluciones nunca están. Argentina nunca más planificó. La naturaleza no va a modificar su acción, es el hombre el que debe reaccionar. El desorden también es facilitador de la corrupción. La destrucción sistemática de los partidos también es facilitadora de la improvisación.
A propósito de la improvisación, vayamos a dos temas puntuales dados a conocer en las últimas horas: la baja de la edad en la imputabilidad en los menores y el tema Pami. Con respecto a este último, el Gobierno siempre tensa la cuerda, corre el velo que le permite ver su cara más reaccionaria. Luego retrocede para intentar dejar otra impresión en la sociedad.
El aporte obligatorio a una obra social, en este caso el Pami, tiene como correlato beneficios obligatorios. Como toda obra social, para enfermedades crónicas existen medicamentos con porcentajes muy altos de gratuidad, previa auditoría. Tiempo atrás la ex presidenta Kirchner desmanteló la auditoría y dispuso la gratuidad total de los medicamentos para las citadas enfermedades. Volver a lo histórico hubiese sido un acto lógico y eficiente. Pero el Gobierno, que también está en campaña electoral, impuso a la auditoría condiciones fuera de la ley que sólo dejan a la luz su propia deficiencia. Es cierto que el Pami es una obra social con pésima atención provocada por saqueos históricos, pero también es verdad que las demoras sistemáticas de prótesis, cirugías, estudios médicos, lleva a que muchos afiliados, a veces sus propios hijos, complementen con una obra social privada.
Dados los últimos relevamientos, conocidos también en las últimas horas, del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), a su regreso de vacaciones el Presidente se encuentra con la incontrastable información que demuestra que el gobierno corrupto de Cristina Fernández tenía menos pobreza y menos indigencia.
Con respecto a los niños-adolescentes en el delito, extraño anuncio del ministro de Justicia, Germán Garavano, el de exponer un proyecto sobre un tema urgente con fecha de tratamiento para el 2018. Lo cierto es que quienes entienden verdaderamente sobre esta problemática coinciden en que la edad de imputabilidad es el final, no el inicio del problema. El Gobierno debería comenzar por la creación de empleo juvenil, por exigir el cumplimento educativo y por instalar muchísimos centros gratuitos para atender al menor adicto a lo largo y ancho de nuestra Argentina. Los institutos de menores y también las cárceles para adultos son depósitos a plazo fijo de personas. Estas instituciones jamás serán parte de la solución del problema, sólo lo agravan. El Estado debe crear instituciones donde el menor que ha delinquido pueda estar en un predio donde se le enseñe un trabajo y se lo eduque en todo sentido, inclusive en el amor. En este tema dice el Chango Brizuela, ex juez de Menores: “El Estado debe prepararse junto a la sociedad para muchas derrotas y algunas pocas victorias. Pero estas últimas resultarán claves para el futuro de la Argentina”.

(*) Nota publicada en infobae.com

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