n El carnaval correntino despidió ayer a uno de sus exponentes barriales, Hugo Asterio “Laucha” Cabral, el eterno payaso y símbolo de la agrupación de payasos Los Dandys. Tenía 81 años, cumplidos hace menos de un mes y en Corrientes ya se lo extraña. Porque era un ícono de la alegría, de la picardía barrial, del entusiasmo compartido, natural, franco, algo tan escaso en este tiempo de tanta farsa.
Cuenta la historia que “Laucha” nació el 20 de mayo de 1936 en Berón de Astrada y desde pequeño dejó su humilde casa junto con su familia para radicarse en la capital provincial. En la ciudad hizo de todo y encontró en la peluquería su principal profesión. Y la sustentó con especializaciones, pero también con solidaridad, ya que varios lunes dedicó un espacio exclusivo para cortar gratis el cabello a niños dispuestos a iniciar el ciclo lectivo, como también a jubilados.
La esquina de Buenos Aires y 9 de Julio, pegada al Club Sportivo (que hoy lleva su nombre por su labor formativa en el lugar) fue su mundo en el trabajo. La Peluquería “Corrientes”, que se abrió hace más de medio siglo, fue uno de sus bunkers. El otro, la Cueva de Los Dandys, ubicada por Bolívar al 100, donde desplegaba tareas con su otra gran pasión: los corsos barriales. Justamente, hoy el circuito del carnaval barrial también fue bautizado con su nombre hace pocos años.
“Los Dandys surgen en 1935, como agrupación musical. Vestidos elegantemente participaban de retretas y visitas a los gobernadores. Unos 33 años más tarde, en los grandes bailables del Club San Martín, me coronan Rey Momo del Carnaval”, contó “Laucha” en una entrevista que quedó en el archivo de El Litoral. “Los Dandys” resurgen como agrupación humorística a fines de los 60 y el corso correntino ya no sería más el mismo, por ellos y por varios grupos más. “Laucha” desfiló hasta el último año del siglo pasado, como todo un símbolo sobre la avenida.
“El carnaval me hace bien a la salud del alma y me mantiene el espíritu contento”, había acotado en la charla de hace 10 años. Esa pasión de Cabral era mutua con el carnaval local, ese mismo que desde ayer ya lo empezó a extrañar como nunca. (GAL).