Por José Ceschi
¡Buen día! ¿Qué es el hombre? Protágoras de Abdera, sofista griego que vivió en el siglo V antes de Cristo, hizo famosa una frase: “El hombre es la medida de todas las cosas”. Pio Baroja, bastante menos optimista, tenía una curiosa descripción: “El hombre: un milímetro por encima del mono, cuando no un centímetro por debajo del cerdo”. Y Siul Acro amplía un poco más el espectro cuando dice: “Dentro de cada corazón humano hay un cordero, un tigre, un cerdo, un asno y un ruiseñor, listos para actuar”. Cierto autor desconocido nos ofrece un perfil del ser humano que se aproxima bastante al ideal. La página se titula:
EL GRAN HOMBRE...
“Mantiene su modo de pensar independientemente de la opinión pública.
Es tranquilo, paciente; ni grita, ni se desespera.
Piensa con claridad, habla con inteligencia, vive con sencillez.
Es del futuro, no del pasado.
Siempre tiene tiempo.
No desprecia a ningún ser humano.
Causa la impresión de los vastos silencios de la naturaleza: el cielo, el océano, el desierto.
No siente vanidad. Como no busca alabanzas, no se lo puede ofender. Siempre tiene más de lo que cree que merece.
Está siempre dispuesto a aprender, aún de los niños.
Trabaja por el placer del trabajo, no por la recompensa material.
Vive cierto aislamiento espiritual, adonde no llega ni la alabanza ni la censura. Sin embargo, su aislamiento no es frío: ama, sufre, piensa, comprende.
Lo que usted tiene: dinero o posición social, no significan nada para él. Le importa sólo lo que usted es.
Cambia su opinión fácilmente en cuanto ve su error. No respeta la consistencia venerada por los espíritus pequeños.
Respeta sólo la verdad.
Tiene mente de hombre y corazón de niño.
Se conoce a sí mismo tal cual es, y conoce a Dios”.
¡Hasta mañana!