Martes 30de Abril de 2024CORRIENTES31°Pronóstico Extendido

Dolar Compra:$855,5

Dolar Venta:$895,5

Martes 30de Abril de 2024CORRIENTES31°Pronóstico Extendido

Dolar Compra:$855,5

Dolar Venta:$895,5

/Ellitoral.com.ar/ Vivir Bien

Me siento angustiado y nadie me entiende

Todo lo negativo que vivimos condiciona nuestras relaciones interpersonales. El dolor, las crisis, los fracasos, los sufrimientos en muchas situaciones son impredecibles e inevitables, pero dependerá de nosotros cómo lo viviremos.  

Por Bernardo Stamateas

Colaboración especial

Cuando experimentamos sufrimiento emocional y, como consecuencia de ello, angustia, no solamente nos hacemos daño a nosotros mismos sino que además esta puede convertirse con el tiempo en un enojo reprimido que dañe a aquellos que nos rodean. 

Cuando alguien nos lastima, por lo general, esa persona ha sido lastimada por alguien más. De ninguna manera, se trata de una justificación pero necesitamos saber que el dolor, y la angustia que este provoca, nos conducen a herir a otros de forma consciente o inconsciente. Todo lo negativo que vivimos condiciona nuestras relaciones interpersonales. El dolor, las crisis, los fracasos, los sufrimientos en muchas situaciones son impredecibles, inevitables y dependerá de cómo los vivamos, si nos convertimos en mejores personas y aun productivas, o en personas que no puedan rescatar nada bueno de lo que viven y de sus relaciones. La decisión siempre es personal.

Cuanto más deseo sanarme por dentro, más recursos la vida me proveerá para lograrlo.

Sanando 

Aunque parezca increíble, hay gente que sabe que necesita sanarse internamente pero decide seguir como está y ser una eterna víctima de sus circunstancias adversas lastimando a los demás por ello. 

Un médico le preguntó a un enfermo cómo se encontraba y este le comentó que había transpirado más de lo habitual. “Vamos bien”, respondió el profesional. En su segunda visita el médico le preguntó al enfermo cómo estaba su salud, a lo que este dijo que tenía temblores y escalofríos en todo el cuerpo. “Vamos bien”, fue la respuesta del médico. Cuando fue a verlo por tercera vez, el hombre le hizo saber a su doctor que sufría de cólicos. “Vamos bien”, contestó el médico y se marchó. Un pariente vino a ver al enfermo y quiso saber cómo iba. “Me muero a fuerza de ir bien”, le respondió. 

Una enseñanza que podemos aprender de la fábula de Esopo es que aquellos que nos rodean juzgan por lo que ven y nos creen felices, sin saber que hay cosas que nos generan una profunda angustia.

La angustia

A todos nos sucede que, a veces, no sabemos cómo relacionarnos con alguien que está angustiado. Pero lo peor que podemos hacer es decirle: “¡Arriba el ánimo! No es nada, ya va a pasar”. La persona que de verdad desea salir de ese estado, pero no sabe cómo, está inhibida por un conjunto de emociones negativas que la superan y la han derribado. 

En algunos casos, la angustia conduce a quien la experimenta a aislarse de la gente y la persona deja de salir, de arreglarse, de tener vida social, de disfrutar de cosas lindas como una comida, una charla o una película. El aislamiento no hace más que aumentar lo que siente y crear más pensamientos de fracaso. La angustia se retroalimenta. Así que no solo se queda en casa sino que se convierte en alguien introspectivo y rígido. 

La tristeza que surge del dolor y la angustia nos aleja del mundo y nos hace sentir profundamente solos y resignados a “nuestra suerte”. Comenzamos a creer que no hay futuro para nosotros y, de entristecernos por momentos, pasamos a vivir en un estado de tristeza permanente. Pase lo que pase, la tristeza nunca es el lugar adecuado para establecernos. Si es necesario, pedí ayuda, pero no te resignes a habitar en la tristeza. Siempre hay una salida.

 

Pedir ayuda

Ante la angustia recurrente y prolongada es imprescindible consultar con un especialista en salud mental, ya sea un psicólogo o un psiquiatra.

La Organización Mundial de la Salud entiende que: “La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. Es por ello que enfermedades o trastornos como la depresión tienen una incidencia directa en la salud física. 

 

OMS RECOMIENDA

Los ministerios de Salud, las organizaciones de personas con trastornos de salud mental, los profesionales sanitarios, las ONG, incluidas las organizaciones de personas discapacitadas, las instituciones académicas, las asociaciones profesionales y otras partes interesadas deberán aunar esfuerzos para informar al público y cambiar sus actitudes respecto de las enfermedades mentales, y defender los derechos de las personas con trastornos mentales.

¿Te gustó la nota?

Ocurrió un error