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/Ellitoral.com.ar/ Opinión

¿Existió la Atlántida, el continente perdido?

Según los últimos descubrimientos arqueológicos respecto de esta legendaria isla, existen variados testimonios que respaldan la existencia de la civilización atlante, que habría desaparecido en forma misteriosa del planeta abruptamente, hace unos 12.000 años. Según algunos historiadores, a raíz de un gran cataclismo mundial.
Imperio. La mítica Atlántida en su época de esplendor.

Por Francisco Villagrán

villagranmail@gmail.com

Especial para El Litoral

Una pregunta desvela a muchos investigadores e historiadores desde hace siglos: ¿existió vida en nuestro planeta antes de la civilización atlante? Según las últimas informaciones científicas y arqueológicas, se sabe que el hombre, tal como es hoy, vivió en la Tierra hace unos 400 o 500 mil años o quizás más. Entonces, no es una utopía pensar que una cultura anterior, presuntamente superior. Si esta cultura existió, su recuerdo no sería sólo una leyenda y permitiría explicar ciertos fenómenos de la antigüedad, como las pirámides de Egipto u otras ruinas colosales cuya grandeza es imposible de explicar en la actualidad. Todas las culturas antiguas cuentan en su haber abundante cantidad de leyendas y documentos que hablan de la repentina aniquilación de una gran cultura anterior al diluvio universal. La mayoría de las leyendas hacen referencia a seres de apariencia divina, que desplazaban enormes bloques de piedra mucho antes del comienzo de su propia historia. Ya en la antigüedad Platón hablaba de este mito, haciendo referencia a las columnas de Hércules y una isla llamada Atlántida, cuyos reyes habían formado un maravilloso imperio. En el Timeo y Critias, conocido como su diálogo inconcluso, deja abierto el misterio sobre la posible existencia de la Atlántida y las circunstancias de su destrucción. Pero en el tiempo que siguió, hubo un terremoto espantoso y cataclismos en todo el planeta. En un solo día y una noche, la Atlántida fue tragada por la tierra, que se abrió y el continente fue sumido en el mar y desapareció. Teorías de otros autores hablan de un cataclismo, de la caída de un gigantesco meteorito que hundió a la isla en el fondo del mar. Varios historiadores, partiendo de la base de que la isla realmente existió, han tratado seriamente de encontrar una explicación racional a esta desaparición.

La solución más lógica y evidente es la erupción de un gran volcán, pero es impensable que una explosión, aunque muy grande, haya hecho desaparecer totalmente en un solo día una isla que Platón describe como de gran tamaño. También están los que afirman que la caída de un gigantesco meteorito causó un formidable maremoto, el más grande de la historia de la humanidad, una verdadera catástrofe planetaria. El investigador Edgar Cayce así como el afamado escritor Charles Berlitz ubican a la mítica Atlántida y su civilización superior en una zona cercana al continente norteamericano, que hoy ocupa el famoso Triángulo de las Bermudas, haciendo referencia a fuentes de energías desconocidas, únicamente comparables a la moderna tecnología. Una cosa es bien cierta: existen firmes testimonios de una civilización superior que existió y desapareció abruptamente de la faz de la Tierra. La mayoría de los arqueólogos e investigadores ubican a esta legendaria isla en la zona de las islas Bimini, costas de la Florida y zonas aledañas.

Importantes testimonios

Naturalistas y exploradores han estado buscando a la Atlántida durante más de dos milenios y llegaron a la conclusión de que la inmensa civilización fue tragada por el océano unos 8.000 años antes de la era cristiana. También coincidieron en destacar que, utilizando la técnica de la litología (disciplina que estudia las piedras) luego de analizar una cantidad de roca basáltica hallada en un punto del Atlántico, 1.000 kilómetros al norte de las islas Azores y a más de 3.000 metros de profundidad, se determinó que esa roca no podía haber surgido bajo las aguas y estaba allí producto de un abrupto hundimiento, uno tan brusco como el que menciona Platón en sus libros mencionados. A pesar de los intentos de cientos de exploradores a lo largo de los siglos, nunca se han encontrado restos de la civilización atlante, por lo menos dignos de crédito. Se hallaron dispersos en distintos puntos del planeta algunos restos de utensilios, ánforas, jarrones, estatuas rotas, como testimonios de una civilización perdida, pero no justamente la atlante. En fin, hasta la actualidad la polémica de la existencia o no de este mítico continente sigue a pleno, cambiando de investigadores y científicos que con el correr de los años fundamentan sus teorías al respecto. Muchos la ubican en el Mediterráneo, frente a la isla de Creta, otros, en el medio del Atlántico o en las Bahamas. Los últimos estudios la ubican al sur de España, frente a las costas de Andalucía, donde se hallaron algunos elementos en los últimos años, que podrían pertenecer a la posible civilización atlante u otra desconocida.

En el año 2011, un grupo de arqueólogos y geólogos, comandados por el norteamericano Richard Freud, dio a conocer las conclusiones de una investigación de dos años, con el apoyo de la National Geographic Society, al noreste de Cádiz, en España. Con técnicas modernas de investigación y exploración, que incluyeron fotografía satelital y estudios subterráneos y submarinos. Así obtuvieron elementos para fundar la teoría de que la Atlántida no solamente existió, sino que también se hundió en la región conocida como el Parque Doñana. Una próxima etapa investigativa incluye excavaciones tendientes a confirmar las teorías que ubicaban a la Atlántida en esa zona.

Otra teoría también interesante, digna de ser tenida en cuenta, dice que los atlantes, al prever la desaparición de su continente, mediante su tecnología de esa época, lograron escapar de la hecatombe y se refugiaron dentro de nuestro planeta, en el interior de la Tierra, desde donde salen cada tanto al mundo exterior, en esos aparatos que llamamos ovnis. Eso no quita que coexistan con civilizaciones que provienen del espacio exterior. Son dos cosas distintas, pero que pueden ser una realidad de nuestro tiempo. En la era atómica, todo es posible.

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