Entre abril y mayo de 2016 se produjeron dos de las tomas okupas más importantes de los últimos años teniendo en cuenta que, en cada uno de los terrenos, se asentaron en un principio cerca de cien familias. En los primeros meses, los dos predios tuvieron un dispar desarrollo, pero actualmente ambos presentan un nivel de expansión y crecimiento importantes.
Como la toma del barrio Nuevo ubicada sobre la calle Sánchez de Bustamante no fue judicializada, fue mucho más rápido el afianzamiento que tuvo y a pocas semanas de la usurpación ya se podían ver bases de material y, un tiempo después, las primeras casas de ladrillos y cemento.
En tanto, en el San Roque la situación fue diferente debido a que se trataba de un predio fiscal, que el Municipio en ese momento judicializó. Tras varios meses sin nuevas presentaciones y la causa ya caduca, la toma allí en la zona Sur capitalina comenzó a crecer a un ritmo ágil y aparecieron también las primeras construcciones sólidas suplantando a las precarias casillas que se instalaron en un comienzo.
A poco más de dos años, ambos terrenos presentan características similares. El Litoral visitó los dos lugares en los que se advierten casas de material; incluso algunas de dos pisos. Una constante, también, es la presencia de ladrillos, arena y piedras, lo que hace suponer que la expansión continuará. Aunque aún quedan algunas casillas de madera, son claramente minoría.
De esta manera, ambas tomas lograron afianzarse rápidamente y ya funcionan allí algunos comercios, como kioscos o verdulerías. Además, aunque de manera informal, la gran mayoría cuenta con varios servicios básicos como el agua potable y la energía eléctrica.
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