El temporal arrasó un emblema de Corrientes: la punta San Sebastián

 La fuerte tormenta de la noche del martes causó graves destrozos en un lugar histórico y emblemático para la ciudadanía capitalina: la punta San Sebastián. El impacto de las ráfagas de viento y de agua derrumbaron la pintoresca pérgola que fue un símbolo de la avenida costanera desde fines de la década del 30 del siglo XX; también tumbaron varios de los árboles ubicados en la zona. Una vez que se subsanen los inconvenientes registrados en los barrios, desde el Gobierno de la Provincia indicaron que analizarán las obras para restaurarla a partir de las fotografías históricas que hay de las estructuras originales.

La punta San Sebastián, originalmente conocida como Ñaró que en guaraní significa “bravo” -debido al impacto de la corriente del río Paraná en el lugar-, fue un punto estratégico para la ciudad dado que entre los siglos XVII y XVIII funcionó como el puerto de la ciudad y en el lugar había una ermita de San Sebastián, uno de los cuatro patrones de Corrientes.

Las ráfagas de viento y agua de la noche del martes causaron el derrumbe de una de las tradicionales pérgolas ubicadas en la Punta San Sebastián, como también arrancó algunos de los árboles añejos ubicados en el lugar. Se trata de un grave daño a uno de los puntos más pintorescos y simbólicos de la ciudad y de la costanera General San Martín.

 “Esta estructura era la primera en la  provincia que utilizó el hormigón armado y piezas prefabricadas. La obra es del arquitecto Enrique Pirchi, de finales del 30 a principios del 40. que también diseño las mismas estructuras para la plaza Italia. Lo que se derrumbó habrá que restituirlo a partir de fotos históricas”, expresó en diálogo con Radio Dos el presidente del Instituto de Cultura de la Provincia, Gabriel Romero.

Además de su valor arquitectónico, la punta Ñaró reviste de importancia histórica debido a que entre los siglos XVII y XVII fue empleada como el puerto de la ciudad y también como un sitio de adoración religiosa, ya que allí se emplazaba la ermita de San Sebastián. A su vez, en los inicios del siglo XIX el sitio fue empleado como una batería de pequeños cañones que sirvieron para defender a Corrientes de ataques españoles que navegaban por el río Paraná.