Por José Ceschi
¡Buen día! “La familia está sometida al asalto, no pocas veces programado, de múltiples fuerzas generadas por aquellos que se han dado a sí mismos la misión de ‘li-bertad’ al hombre de toda trascendencia para circunscribirlo al campo de su sólo poder”. Lo dice un importante mensaje de los obispos de Latinoamérica y el Caribe, publicado hace un tiempo.
El hombre debe gozar, piensan muchos, de una libertad incontrolada que lo aleja de toda trascendencia. Así pretende convertirse en creador de sí mismo y procura que nada lo detenga. En consecuencia las manipulaciones son permitidas en todos los campos, sobre todo en el biológico. La libertad no sería otra cosa que una búsqueda desenfrenada de la felicidad, la cual se confunde con el disfrute de las cosas materiales y del placer, sobre todo sexual.
La moral, porque habla de responsabilidad, y por ende, de culpa y pecado, debe ser relegada como algo superado. Por el contrario, es preciso enseñar que la libertad ha de ser confrontada con la verdad del hombre, con su auténtica realidad. El hombre no puede ser su propia ley porque él es criatura y no Dios, tiene experiencia de su limitación y percibe en su conciencia el llamado a vivir en justa relación con su Creador y las demás criaturas.
La libertad, la verdadera libertad, es la capacidad que tiene el hombre de realizarse según su “verdad original”, es decir, según el designio divino. La familia no debe temer a esta libertad. Es más, sólo se constituye y crece por ella.
En la libertad los esposos eligen el amor mutuo, fecundo y fiel. La familia sin tal libertad está enferma y amenazada. Para salvar a la familia necesitamos rescatar al hombre en su integridad, salvando el señorío de su libertad, que está destinada a la verdad y al amor”.
No olvidemos que uno no es libre cuando hace lo que quiere, sino cuando hace lo que debe. A veces lo que quiere y lo que debe pueden coincidir, pero a veces no.
Hay que fortalecer la voluntad para elegir lo debido aún en contra de los propios gustos o tendencias instintivas.