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Curiosidades de la Revolución de Mayo

Los hechos ocurridos durante la llamada Semana de Mayo de 1810, marcaron el nacimiento de la Argentina, con muchos sucesos importantes y algunos no tanto, aunque curiosos, que incluso fueron discutidos por historiadores de prestigio, hasta nuestros días. Por ejemplo, que el 25 de Mayo no llovió ni la gente usó paraguas.

Por Francisco Villagrán

villagranmail@gmail.com

Especial para El Litoral

En la época de la Revolución de Mayo, la vida en Buenos Aires comenzaba a fundamentarse en muchos aspectos, que observados ahora a través del tiempo y la historia nos parecen curiosos, como por ejemplo que la Revolución costó 521 pesos, que se gastaron en la compra de tres relojes, la iluminación de las galerías y la comida. Los platos predilectos de esa época eran sopa de arroz, asado, matambre, sopa de fideos, puchero, carbonada, picadillo con pasas de uva, guisos, albóndigas, estofados y zapallitos rellenos. Las comidas finalizaban con un caldo que se servía en tazas.

En cuanto a las costumbres, se puede mencionar que las mujeres asistían a misa acompañadas de sus esclavas, que llevaban la alfombra sobre la que se arrodillaba la señora, porque todavía no existían en las iglesias los bancos para sentarse. En la Vieja Recova había 48 locales donde se vendía carne, verduras, frutas, pescados y todo tipo de mercaderías.

Por las noches Buenos Aires se iluminaba con velas importadas de Europa o con lámparas de aceite. Otra curiosidad: cuatro de los miembros de la Primera Junta eran abogados. Tres de los nueve miembros de la Primera Junta no nacieron dentro de los límites actuales de la Argentina: Cornelio Saavedra nació en Potosí, hoy Bolivia, y Domingo Matheu y Juan Larrea eran españoles, oriundos de Cataluña. El integrante más joven era Juan Larrea, que tenía 23 años. El más viejo era Miguel de Azcuénaga, con 55 años.

El tema de los paraguas se constituyó en polémico. Hay quienes dicen que no había paraguas en el Río de la Plata en esa época. No es así. En 1795 el inventario de una importante tienda porteña, constató que había allí 27 paraguas de hule, que se vendían al precio de 4 reales. Por lo tanto es creíble la tradicional imagen que muestra a los vecinos de la ciudad protegiéndose con paraguas frente al cabildo, ese lluvioso viernes 25 de mayo de 1810. El paraguas fue inventado por los chinos hace miles de años, pero no para no mojarse, sino para no insolarse. Eran parasoles en realidad, que luego fueron cambiando. Quienes los fabricaron en serie y con materiales impermeables, fueron los ingleses en el siglo XVI. Pero bueno es aclarar que era un lujo sólo reservado a los ricos. Por otra parte, hay historiadores que insisten en que no llovió ese día, pero eso no cambia en nada la historia, salvo las láminas escolares en las que se ve a la gente con paraguas, hasta en eso los argentinos somos polémicos.

La construcción del Cabildo, tal como lo conocieron los patriotas en la época de la revolución, se realizó entre los años 1725 y 1764 y posteriormente el edificio sufrió cinco modificaciones. Más adelante en el tiempo el Cabildo de Buenos Aires fue asaltado. Este hecho ocurrió por primera y única vez el 4 de febrero de 1821.Un grupo de ladrones abrió un boquete en una de las paredes del edificio y por allí ingresaron hasta llegar a la contaduría, de donde, forzando la caja de caudales, sustrajeron la por entonces nada despreciable suma de 3.200 pesos y un escudo de oro puro. Jamás se supo quienes fueron sus autores, y mucho menos detenidos. Este hecho insólito y único en la historia argentina, sirvió para que, de inmediato, se encarara la creación de un departamento de Policía.

El periódico de la Revolución de Mayo, llamado la Gazeta de Buenos Aires, fue el precursor de lo que hoy en día se conoce con el nombre de Boletín Oficial de la República Argentina. Si bien su primera aparición fue semanal, con el correr de los años se transformó en una publicación diaria. Otros hechos importantes y curiosos fueron los siguientes:

l En 1810 éramos algo más de 400 mil habitantes en todo el país.

l Domingo French, de 36 años, se había desempeñado como cartero antes de iniciar la carrera militar. La Primera Junta le otorgó el grado de coronel.

l Alberti murió de un síncope cardíaco el 2 de febrero de 1811, durante una acalorada discusión.

l En 1810 había en Buenos Aires unos 50.000 habitantes, de los cuales el 65% era blanco, el 30% negro y el 5% mestizo o indígena.

l El rol de la mujer en la Revolución de Mayo fue también muy importante, tal el caso de Casilda Igarzábal, esposa de Nicolás Rodríguez Peña, quien se reunió con otras mujeres valientes, que juntas instaron a Cornelio Saavedra a oponerse a Cisneros.

l Estaba mal visto que hombres y mujeres pasearan juntos y debían hacerlo en grupos separados unos de otros.

l La mayoría de los integrantes de la Primera Junta murió en la absoluta pobreza e indigencia y hasta debieron hacerse colectas para poder pagar sus entierros.

l Muchas familias criollas bautizaron a sus hijos con nombres alusivos a la Revolución de Mayo, por ejemplo, un padre llamó a su primogénito como Primo Patricio Liberato.

l El cementerio de la Recoleta es en la actualidad la última morada de un sector de elite, el lugar en donde descansan los huesos de importantes figuras de la aristocracia argentina, sin embargo, se inauguró sin ningún tipo de distinción social. La mejor prueba son los dos primeros cuerpos que llevaron a reposar a ese cementerio en 1822, cuando se lo inauguró: una dama de la Banda Oriental llamada Blanca María de los Dolores Maciel y un esclavo liberto, es decir que había sido liberado de la esclavitud, consignado bajo el nombre de Juan Benito, prácticamente una extranjera y un esclavo.

l Los agentes de Policía debían usar bigote y barba de manera obligatoria en Buenos Aires, desde 1880 hasta 1894. Se supone que esto era para darle más aire de autoridad y de rudeza a los agentes del orden y al mismo tiempo servían como identificación cuando estos andaban de civil, sin uniforme.

l La Plaza Once se llama así, como también el barrio, por el 11 de septiembre de 1853, cuando los porteños se alzaron contra Urquiza para oponerse a su pretensión de ocupar Buenos Aires.

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