El hombre que fuera aprehendido y acusado de quemar partes de una máquina retroexcavadora del Municipio de Santo Tomé, habló ayer de manera pública y reveló que nada tiene que ver con lo sucedido.
Se trata de Pablo Aguirre oriundo del paraje Atalaya, donde sucedieron los hechos. Explicó al portal Digital Santo Tomé, que “la Policía me llevó detenido porque siguieron las huellas de mi moto”, explicó, y reconoció haber pasado por el lugar en al menos dos oportunidades ese día, como así también que la misma tenía una pérdida de combustible en el pase de nafta.
Dijo además que nunca haría una cosa así, porque con esa máquina el Municipio lo ayudaba con la olería. También señaló que la Policía no le devolvió la moto ni la documentación de la misma.
“Ahora no tengo el material para hacer ladrillos, y me quedé sin movilidad para rebuscarme”, lamentó.
Agregó que “en la oportunidad yo llegué a mi casa entre la 1 y 2 de la mañana, y temprano mi mamá me llamó para que la lleve a la Terminal porque tenía que viajar; cuando me levanto veo que la máquina había prendido fuego y nos dispusimos a llamar a alguien para avisar, pero no teníamos batería en el celular porque habían cortado la luz”, señaló Aguirre en su domicilio ubicado en el paraje Bajo Atalaya.
Luego continuó: “Al rato vino la Policía, diciendo que yo andaba en la moto y que pasé por la cancha, cerca de donde estaba la máquina, cosa que yo confirmé que sí, por lo que me llevaron a tomar declaración a la Comisaría y me encerraron”, narró.
Aguirre estuvo detenido desde tempranas horas hasta alrededor de las 22 de ese mismo día, según él mismo recordó.
“Me preguntaban una y otra vez, y yo le repetía lo mismo, que yo había pasado sí por ahí, y que las huellas de la moto eran mías; pero que ni siquiera vi a nadie; solo advertí que se había prendido fuego la máquina cuando me levanté.
Es más, ese día hice varios viajes en la moto, primero fui a pagar una cuenta y volví, después mi mamá me mandó a comprarle un paquete de yerba, y fui de nuevo por el mismo lugar… y la Policía se guió por el rastro de la moto porque era lo único que tenían. Mi mamá confirmó todo lo que yo les había dicho”, enfatizó.