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La mejor apilada

Por El Litoral

Jueves, 26 de noviembre de 2020 a las 04:12

Fue el 22 de junio de 1986, en el estadio Azteca, por los cuartos de final del Mundial de México. Argentina ya ganaba 1 a 0 y Maradona, a los diez minutos del segundo tiempo, borró con sus pies gloriosos lo que había escrito con la “mano de Dios”.
No fue gol sino poesía, música, una sinfonía de Beethoven o de Mozart, como se lo imaginó el artista Augusto Costhanzo al dibujar la secuencia de la jugada sobre un pentagrama.
Víctor Hugo Morales lo vio así: “La va a tocar para Diego, ahí la tiene Maradona, lo marcan dos, pisa la pelota Maradona, arranca por la derecha el genio del fútbol mundial, deja el tendal y va a tocar para Burruchaga... ¡Siempre Maradona! ¡Genio! ¡Genio! Ta-ta-ta-ta-ta... Gooooool...”.
“¡Quiero llorar! ¡Dios santo, viva el fútbol! ¡Golaaazooo! ¡Diegoooool! ¡Maradona! Es para llorar, perdónenme... Maradona, en recorrida memorable, en la jugada de todos los tiempos... Barrilete cósmico... ¿De qué planeta viniste para dejar en el camino a tanto inglés, para que el país sea un puño apretado gritando por Argentina?”.

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