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/Ellitoral.com.ar/ Sociedad

Desde la trinchera: testimonio del personal de salud sobre la lucha contra el covid-19

Médicos y enfermeros se encuentran en la primera línea de batalla en el combate del coronavirus. Se enfrentan a una tarea que supone sacrificios, temores y  satisfacciones. Tres referentes del hospital de campaña dialogaron con El Litoral. 

Esta semana se celebró el Día del Médico en nuestro país. Para el personal de salud, el 2020 pudo haber sido el año más desafiante de su carrera. La pandemia del coronavirus los encontró en la primera línea de batalla contra una enfermedad que están aprendiendo a afrontar todos los días.

En Corrientes, el hospital de campaña es el epicentro de los desafíos, donde conviven las satisfacciones, las angustias, preocupaciones, esperanzas y, por sobre todo, la vocación. En la institución de salud especializada en atención de covid-19 trabajan cerca de 1.000 personas entre personal médico, administrativo, de asistencia, limpieza y cocina.

Gustavo Imbelloni es el director del hospital de campaña. En el mes de marzo fue convocado para integrar el Comité de Crisis. Fue cuando el proyecto del hospital se empezó a gestar.

En diálogo con El Litoral, Imbelloni reconoció que “por los meses de enero y febrero, cuando se empezó a hablar de coronavirus parecía que no iba a llegar al país, mucho menos a la provincia, pero todo se fue acelerando”.

“Fuimos evolucionando y aprendiendo de esta nueva realidad. El hospital de campaña fue planificado de una forma y se fue adaptando. Es un desafío que aceptamos todos los días el sostener el trato humanizado al paciente”, reconoció Imbelloni.

Tras meses de experiencia el director del centro de salud especializado considera que “el coronavirus es la enfermedad de la soledad, el paciente tiene que ser aislado y no recibe visitas”.  

Sin embargo, destaca que los 15 partos que acontecieron en el hospital “trajeron una luz de esperanza ante una situación tan difícil. Es una enfermedad que no tiene cura. El virus tiene  un comportamiento impredecible y el personal hace el mayor esfuerzo posible”, añadió.

Imbelloni reconoció que el trabajo diario en la atención a los pacientes de coronavirus es desgastante: “Hay personas que juzgan y no comprenden lo que se vive de este lado”.

Analía Giménez es la jefa del Servicio de Clínica Médica del hospital de campaña. En diálogo con este medio reflexionó sobre cómo los médicos están constantemente expuestos a múltiples gérmenes y bacterias. 

Sin embargo, la llegada del coronavirus generó un antes y un después en su trayectoria médica. “Al estar en la primera línea de batalla, nos demandó en un principio largas horas de formación y estudio, para poder conocer cómo hacerle frente a esta enfermedad”.

“Este virus es muy dinámico, se comporta de forma diferente en cada paciente. Quienes padecen diabetes y obesidad son los que pueden llegar a atravesar de forma más dura la enfermedad, ya que produce neumonías graves”, analizó Giménez.

Reconoció que el trabajo diario puede llegar a ser muy frustrante y angustiante, porque el paciente está solo. El único contacto que tiene es con el equipo de salud.

La jefa del Servicio de Clínica explicó que la labor supone la puesta en práctica de una medicina humanizada: “Nosotros sostenemos a cada paciente desde lo clínico, pero también desde lo anímico. Los acompañamos en sus miedos y preocupaciones”.

Para hacer esto posible, Giménez destaca por sobre todo el trabajo en equipo entre el personal del hospital de campaña: “Nos levantamos entre nosotros. Si el médico se quiebra, ¿quién atiende?”

“Es muy duro y difícil, nos sostiene la vocación. Todos cuentan los muertos, pero nadie considera a los recuperados. Nos supone un esfuerzo inmenso recuperar paciente por paciente. Damos entre 10 y 15 altas por día en la internación del hospital”, contabilizó Giménez.

“Cada paciente recuperado es un orgullo y una satisfacción. Nuestra fuerza como equipo es la unión. Ya que también debemos sostener y contener a las familias de los pacientes.”

Giménez reconoció que si bien es su trabajo, la exposición de nuestra vida para ayudar a otros “no tiene precio, ya que nosotros también convivimos con el miedo de contagiar a nuestras familias”. 

“Nosotros damos alma, vida y corazón, les digo siempre a mi equipo. Tenemos que sentirnos orgullosos, con la cabeza alta y la conciencia tranquila de que damos más de lo que podemos”, concluyó Giménez.

En el mismo sentido, el jefe del Departamento de Enfermería del hospital de campaña, Néstor Benítez, puede reconocer las luces y las sombras del rol que le toca asumir. 

“Para todo el personal de enfermería, y para mí particularmente, fue una experiencia muy innovadora. Nos preparamos y fuimos implementando diferentes medidas sobre la marcha”, explicó reconociendo que el aprendizaje en la institución es diario.

“En los primeros tiempos, al igual que al resto de la sociedad, el impacto emocional de la pandemia en nosotros fue muy grande. Tuvimos que atravesar las dificultades sin descuidar el trato humanizado”, explicó Benítez.

“Fuimos aprendiendo con el paso del tiempo, ya vamos más de 7 meses y el trabajo en equipo y la contención por parte de todos es lo que nos motiva a sobrellevar las situaciones que se presentan en el día a día”.

A pesar de ello, destaca que todos los profesionales del hospital de campaña se sienten a gusto y con ganas de seguir. “Estamos muy conformes con el trabajo realizado”, manifestó el jefe de Enfermería.

Benítez considera que lo más desafiante de este período estuvo vinculado al cambio social: “Fue un desafío emocional para cada uno. Tenemos familias que cuidar, tenemos personas mayores convivientes, tenemos amigos que tuvimos que dejar de ver”.

Benítez contó que el personal de salud ha limitado las salidas y la vida social: “Vamos del hospital de campaña a nuestra casa. El hospital es nuestra vida”.

Sin embargo, también destaca que es gratificante llevar adelante el proyecto del hospital de campaña: “Es una experiencia única que solo los que estamos acá en el día a día lo podemos contar. Es muy gratificante como profesional formar parte de este gran equipo para atender esta contingencia”.

Ante las críticas y los cuestionamientos a la tarea del personal médico, reconoce que “nos sentimos muy dolidos. Se vivió una sensación de angustia, de tristeza, porque la sociedad no valora nuestro trabajo”, expresó Benítez.

“Estamos aprendiendo y tratando de dar lo mejor, el profesional que está acá hace lo humanamente posible. Le estamos haciendo frente a esta enfermedad y brindando lo mejor de cada uno de nosotros a los pacientes”.

El jefe de Enfermería pide a la comunidad que se cuide: “Estamos para ayudar pero también necesitamos que nos ayuden, necesitamos el compromiso de todos. Necesitamos que nos entiendan. Necesitamos  descansar y para ello necesitamos que todos colaboren para frenar los contagios y salir triunfantes de este período que nos toca vivir”. 

(IRB)

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