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/Ellitoral.com.ar/ Sociedad

“Renovemos nuestra fe y esperanza en este tiempo de angustia causado por la pandemia”

El arzobispo, monseñor Andrés Stanovnik, desde la Catedral presidió la celebración virtual de la Pasión del Señor. En ese marco, solicitó dar cumplimiento a las normas sanitarias y solidaridad con el padecimiento del prójimo. 
Viernes Santo. Antes de comenzar la misa, Stanovnik se postró de rodillas para rezar.

La iglesia Catedral fue escenario de la celebración de la Pasión del Señor que, una vez más se transmitió de manera online en este contexto de confinamiento preventivo, mientras la feligresía acompañaba, los diferentes momentos de la ceremonia, desde sus hogares.

En el marco de un templo desprovisto de público y ornamentos, el arzobispo de la provincia, Andrés Stanovnik, presidió la misa del Viernes Santo en la que alentó a renovar la “fe y esperanza en este tiempo de incertidumbre y angustia causado por la pandemia global”.

También solicitó el cumplimiento de las normas sanitarias y, haciendo memoria de la pasión de Jesucristo, realizó el pedido puntual de ser solidarios con los padecimientos del prójimo y volvió a recalcar su postura “provida”.

“Jesús continúa muriendo en el que carece de lo esencial para vivir dignamente, en los que están detenidos y en los que delinquen, en los que no tienen techo ni familia; en los jóvenes sin horizontes y rendidos a las drogas. La pasión de Jesús continúa en las mujeres muchas veces obligadas a abortar y en los varones irresponsables, en las ideologías que confunden y matan vidas humanas antes de nacer, y en tantas otras situaciones de injusticia, de indiferencia, y de omisiones en hacer el bien que está a nuestro alcance. Estas y otras situaciones reclaman nuestra decisión de estar cerca, ser compasivos, y poner todo nuestro esfuerzo en convertir esas realidades de muerte en motivos de vida y esperanza, de alegría y de fiesta”, expresó el obispo.

Momentos

Antes de dar inicio a la misa que comenzó a las 15, monseñor Andrés Stanovnik se postró de rodillas en un momento de oración y tras finalizar la lectura del relato bíblico que detalla la pasión y muerte de Jesús, el arzobispo lo puso como modelo diciendo: “Sólo el que ama en serio es capaz de dar la vida por el amado, porque sabe que el amor es más fuerte que la muerte, y porque sabe también que no tiene sentido la vida sino se la entrega por amor”.

Advirtió, además, que “el misterio del mal ha contaminado a tal punto la condición humana que, aun cuando afirmamos que amar es dar la vida, en la práctica muchas veces nos aferramos a ella sin importarnos nuestros semejantes. Ese egoísmo naturalizado en el que nos sumergimos provoca también graves daños al ambiente en el que vivimos”.  Pese a todo, afirmó que “por la pasión y la cruz, el amor de Dios se hizo camino de redención y salvación para toda la humanidad”.

Fue así que convocó a los fieles a renovar la esperanza en este contexto de emergencia sanitaria e invitó a realizar una oración especial. “Ante el crucifijo que tenemos en nuestro hogar digamos desde lo más profundo de nuestro corazón: ‘Creo Señor, pero aumenta mi fe’. O con la oración del papa Francisco digamos: ‘Señor, nos pides que no sintamos temor, pero nuestra fe es débil y tenemos miedo. Por eso, Señor, no nos abandones a merced de la tormenta’. Pero al mismo tiempo, comprometamos todo nuestro esfuerzo en colaborar con las normas que nos dan los organismos oficiales para detener y superar este mal”, indicó el obispo.

Asimismo, monseñor Stanovnik insistió en que la colaboración no se reduce al mero cumplimiento de las normas sanitarias, diciendo: “Que el beso que depositaremos sobre el cuerpo de Jesús Crucificado sane nuestras heridas interiores, aquellas que ha provocado nuestro pecado; y nos comprometa a colaborar con él en curar las heridas de nuestros hermanos y hermanas, aquellas que tal vez hemos ocasionado nosotros mismos, y también aquellas otras que fueron causadas por el egoísmo de los demás. Que este acto de amor y piedad prepare nuestro corazón y el ambiente en nuestro hogar para celebrar con enorme gozo y esperanza la Resurrección de Jesucristo de entre los muertos que es también nuestra victoria sobre todo lo que amenaza nuestra vida”.

 “Nos ponemos al amparo de la Virgen Dolorosa y le pedimos que esté cerca y nos cuide a todos, especialmente a los que están más expuestos al contagio. No hay nada que temer, ella nos acompaña, como acompañó a su Hijo Jesús y se alegró con su resurrección”, sintetizó. 

                              (MS)

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