¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

PUBLICIDAD

Stanovnik dijo que los que arriesgan su vida en hospitales y puestos sanitarios son ejemplo de heroísmo

Por El Litoral

Miércoles, 15 de julio de 2020 a las 01:38

En el Hospital Escuela hubo una celebración religiosa con motivo de recordación de San Camilo. Monseñor Andrés Stanovnik dijo que se reunían “alrededor de la mesa del altar para celebrar la eucaristía y en ella hacer memoria de San Camilo, el santo de los enfermos, de sus familiares y de todo el personal de la salud”.
“Hoy podríamos preguntarnos cuál es la respuesta que Dios da a las crisis por las que atraviesa un ser humano, o un pueblo, y en el caso actual, toda la familia humana. O, aún más concretamente: estamos en un lugar donde tanto el paciente como el médico luchan por superar la crisis que provocó la enfermedad; cuál es, entonces, la respuesta de Dios a los padecimientos a los que nos somete una enfermedad”, dijo monseñor y continuó: “Más aún, qué decir de la crisis en la que nos sumerge el sufrimiento y la muerte de un inocente. Y si miramos la crisis en su manifestación más trágica, nos encontramos con el fin de la vida. Preguntémonos de nuevo: ¿tenemos alguna respuesta de parte de Dios a estas cuestiones terminales que agobian nuestra existencia?”.
Monseñor siguió reflexionando y luego citó el evangelio, remarcando que la cruz cristiana es la respuesta de Dios a la crisis de muerte que provoca el odio y todas sus derivaciones: la envidia, la soberbia, la mentira, etc. 
Ante algunos fieles presentes y otros que lo escucharon en vivo por las redes sociales, recordó las palabras que pronunció el papa Benedicto XVI: “La cruz es la respuesta de Dios al fin, a la muerte (…) El mundo necesita la cruz (…) Habla de esperanza, de amor, de la victoria de la no violencia sobre la opresión, habla de Dios que enaltece a los humildes, da fuerza a los débiles, ayuda a superar las divisiones y a vencer el odio con el amor. Un mundo sin cruz sería un mundo sin esperanza, un mundo donde la tortura y la brutalidad seguirían siendo salvajes, los débiles serían explotados y la codicia tendría la última palabra. La inhumanidad del hombre contra el hombre se manifestaría de manera aún más tremenda, y no existiría la palabra fin al círculo maléfico de la violencia. Solo la cruz pone fin a ello” (Homilía, 5 de junio de 2010).
“Demos gracias a Dios por el don de la fe y por los numerosos ejemplos de heroísmo que vemos en aquellos que arriesgan su vida en los hospitales y en los diversos puestos sanitarios. Pidamos a María, tierna madre de Itatí, que cuide a nuestros enfermos y a sus familiares, y supliquémosle por su pronta recuperación. Y, a todos nosotros, que Ella nos proteja de todo mal, especialmente del covid-19, y nos sostenga y consuele en el camino del bien”, finalizó el arzobispo de Corrientes.

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD

Últimas noticias

PUBLICIDAD