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Hace 172 años Rosas fusilaba a Camila y Ladislao, un amor clandestino en Corrientes

Camila O'Gorman y Ladislao Gutiérrez se enamoraron y vivieron un romance prohibido que los llevó a la muerte. Quién vive hoy en la casa donde se escondieron y porqué subsiste la versión de sus fantasmas.

Lunes, 17 de agosto de 2020 a las 13:12
Película Camila 1984

Un aviso fúnebre sin firma, aparecido el sábado en la edición impresa del diario Clarín, trajo al 2020 un reclamo enfático de la agenda política argentina pero venido desde la historia con una tangente escandalosa a Corrientes. 

La publicación era por  Camila O´Gorman, Ladislao Gutiérrez y su hijo nonato. "Requiero a las autoridades retiren de los despachos oficiales el retrato del femicida e infanticida Juan M. de Rosas", exigía el autor, que prefirió el anonimato.

Se cumplen hoy 172 años de aquel trágico final para una historia de amor prohibido entre la joven aristócrata y el sacerdote tucumano, que  el 18 de agosto de 1.848 terminaron entre las balas y la pared tras haber sido capturados en la localidad correntina de Goya, donde la pareja se refugiaba antes de huir a Brasil y dejar atrás a una sociedad alborotada por el romance.

Cinco años antes de ser fusilados contra un paredón, Camila O'Gorman de 18 años se enamoró perdidamente de Ladislao Gutiérrez de 19, un joven cura de la parroquia del Socorro donde ella asistía junto a su familia.

 

 

Ladislao llegó de Tucumán a Buenos Aires con las mejores referencias y por ser sobrino del gobernador de su provincia, Celedonio Gutiérrez, aliado de Juan Manuel de Rosas, entonces presidente de la Argentina.  

Los enamorados  se trenzaron en una apasionante relación clandestina y no dudaron en vivirla hasta las últimas consecuencias, sin imaginarse que serían fatales, en una época en la que un amor como el suyo significaba uno de los más graves sacrilegios.

El 12 de diciembre de 1.847 a la madrugada, la joven pareja se fugó a caballo para emprender un largo viaje a Río de Janeiro, donde pretendían vivir su amor lejos del escándalo.

Debido a los inconvenientes que surgieron durante la fuga  por falta de dinero, los jóvenes decidieron quedarse un tiempo en Goya con una historia distinta e identidades falsas: él como Máximo Brandier y ella como Valentina Desan. Dijeron que llegaron de Salta y que se dedicaban al comercio.

Con una nueva vida en el interior de Corrientes, Máximo y Valentina  se dedicaron a la enseñanza y fundaron la primera escuela de la localidad en una de las casas donde se refugiaban

Sin embargo, su final se avecinaba cuando la pareja asistió a una fiesta y fue vista por un sacerdote irlandés, Miguel Gannon, quien reconoció al cura fugitivo y se encargó de romper su sueño de tener una vida junto a su amada. 

Fusilamiento 
Camilia y Ladislao fueron detenidos, separados e interrogados. Al no mostrar arrepentimiento, Rosas, aún contra la voluntad de Manuelita -hija del presidente y amiga de la joven enamorada-, ordenó su fusilamiento.

Durante la detención se supo que O'Gorman estaba embarazada, pero no bastó para evitar su condena de muerte.

En la mañana del 18 de agosto de 1.848 en el Cuartel General de Santos Lugares (actualmente localidad de San Andrés, General San Martín), Camila y Ladislao pagaron con su sangre su mayor acto de valentía.

Refugio en Goya
El último refugio de la pareja fue un inmueble ubicado hoy en la calle Mariano I. Loza 966, en el centro de Goya y a pocos metros de la costanera.

El dueño actual de la propiedad es el escritor Aníbal Santiago Olivetti, conocido en su ciudad como  Yeye. Compró el inmueble de 10 metros por 60 en 1984 y lo empezó a edificar de apoco, con la idea de que las autoridades en algún momento quisieran recuperar el predio por su valor histórico.

En el terreno "empecé a construir de atrás hacia adelante, pensando siempre que el municipio me podría comprar el predio" para conservar el lugar "y que lo utilizase con fines turísticos", contó Olivetti a ellitoral.com.ar

"Me daba pena echarla abajo por la historia de Camila, pero cuando fui a hablar con el intendente de turno me dijo que el municipio no podía hacer semejante inversión y yo tuve que construir mi casa", relató.

"Ellos vivieron muy poco acá, porque  vivieron en otro lugar antes, en el predio donde actualmente está la sucursal del Banco de la Nación Argentina", señaló Yeye.

"Toda la casa estaba hecha con adoquines y barro, no tenía baño, tenían el excusado afuera", detalló.

Las paredes del interior del viejo inmueble estaban pintadas de color celeste y el piso era de ladrillos pequeños cuadrados, "los que se usan en las viejas estancias", comentó Olivetti.

En la parte exterior de la casa había dos rejas que el escritor aún conserva y la pared estaba revestida con un estilo similar al barroco, describió.

De  acuerdo a la versión brindada por Yeye Olivetti, el párroco que vio a la pareja en la fiesta le advirtió: 'Cuando llegue a Buenos Aires tengo que decir que les he visto acá en Goya, tienen para irse a Brasil por Paso de los Libres o a Paraguay por Corrientes'. "Y se quedaron, qué pena", se lamentó.

A 172 años de ese fatal desenlace, Yeye Olivetti y su familia son testigos de los vestigios de ese idilio que pareciera perpetuarse en el tiempo. 

A lo largo de los años, sintieron "algunos ruidos de vez en cuando, siempre en un determinado lugar: el dormitorio que daba a la calle, arriba hice un segundo piso, donde tengo mi escritorio", relató.

"Yo digo que fue sugestión,  no creo en los fantasmas, pero vi y oí" situaciones extrañas con personas presentes, afirmó el escritor.

Película
La historia fue llevada al cine bajo el título  Camila, dirigida en 1.984 por María Luisa Bemberg. Fue nominada al Oscar a la mejor película extranjera.

La actriz Susú Pecoraro encarnó a Camila O'Gorman y el papel del párroco fue interpretado por Imanol Arias.

 

*Con datos extraídos del libro  Mujeres tenían que ser, de Felipe Pigna

 

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