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/Ellitoral.com.ar/ Especiales

El lobizón que apareció en Misiones

Increíble. Interpretación del caso San Javier, según nuestro dibujante Carlos Pedrozo.

Por Francisco Villagrán

villagranmail@gmail.com

Especial para El Litoral

Entre las muchas leyendas y tradiciones que circulan en todo el nordeste argentino (especialmente Chaco, Corrientes y Misiones), la del lobizón es quizás la que más adeptos tenga. Ya que, según cuentan, el séptimo hijo varón será lobizón y la séptima hija mujer, bruja.

Un caso sorprendente y muy comentado en su momento ocurrió hace ya casi 20 años en la localidad misionera de San Javier, donde un chico de unos 15 años en esa época, que residía en el barrio Elvira de la mencionada localidad, es el primero de siete hermanos. Según la creencia popular, para que se cumpla lo del lobizón, los hermanos deben ser todos varones, y el séptimo sería el lobizón. Este no es el caso del joven en cuestión, porque entre sus hermanos hay dos mujeres. Aquí lo extraño: su madre denunció ante la policía que el muchacho es un lobizón. El caso se conoció por un incidente que tuvo lugar entre la noche del viernes y la madrugada del sábado, probablemente en el mes de octubre del año 2.002 Consultada en ese momento una fuente policial sobre este caso señaló que  “Y… con un poco de miedo fuimos a ver de qué se trataba, porque por acá pasa de todo, no hay que descartar nada.” El barrio Elvira está en el acceso a San Javier. El viernes, pasadas las 23, un vecino del asentamiento escuchó un griterío infernal proveniente de la casa vecina. Y fue a ver qué pasaba. Apenas entró, la dueña de casa Salomé Gómez le dijo que momentos antes uno de sus hijos, de 15 años, había intentado atacar a sus hermanos menores. Hasta allí no pasaba nada, el hombre no se sorprendió, un caso de rencilla familiar, pensó. Sin embargo,  lo que la mujer le dijo a continuación, lo llenó de asombro. La señora le contó que el adolescente había experimentado una serie de cambios, que sus manos y pies se habían alargado, que sus codos se habían hinchado y que sus ojos se habían vuelto rojos y el chico había comenzado a andar en cuatro patas, a la vez que gruñía amenazadoramente. La mujer le dijo al vecino que el chico había huido al percatarse de que él entró a la casa. El hombre fue hasta la comisaría y transmitió textualmente lo que la vecina le había contado. Una patrulla de la policía fue hasta la casa de la familia y escuchó el relato, pero contado esta vez por la madre del presunto lobizón.

Entre asombrados y temerosos, los uniformados salieron a buscar al extraño ser en el que presuntamente se había convertido el adolescente. Dos horas después los efectivos dieron con el muchacho. Estaba en una parada de colectivos ubicada sobre la ruta provincial 4. Cuando los uniformados lo abordaron para detenerlo, estaba como “ido”, ausente, no contestaba nada. La patrulla llevó al chico hasta el hospital local. El médico policial de turno examinó al joven y estableció que presentaba un decaimiento general y un estado de agotamiento extremo. El propio muchacho le dijo al médico que le dolía todo el cuerpo y se sentía extraño. Cuando le preguntaron si era cierto que había querido agredir a sus hermanos, aseguró que no se acordaba de nada de eso (Diario Misiones Online, 15 de octubre de 2002).

Antecedentes

Esta superstición europea indica que el séptimo hijo varón, al llegar a la adolescencia, se transforma en Lobizón, especialmente los martes y viernes por la noche. Una forma de romper el hechizo es bautizar al niño en siete iglesias distintas, también puede salvarse si se lo bautiza con el nombre de Benito y el mayor de los otros hermanos es su padrino. En la Argentina, la costumbre de que el hermano mayor sea el padrino, se la cambió luego por el padrinazgo presidencial. Se sabe, a través de relatos orales, ya que los archivos se quemaron a mediados de siglo, que en 1907 se realizó el primer bautismo con padrinazgo presidencial para revertir el maleficio, ceremonia que se llevó a cabo en la localidad de Coronel Pringles.

Un inmigrante ruso padre de un séptimo hijo varón, importó una tradición que cumplían rigurosamente los zares de Rusia. En 1973 el presidente Perón legalizó a través del decreto 848 una costumbre que ya se había generalizado en la práctica. Según este decreto, los padres pueden optar por el “padrinazgo moral” del presidente de la Nación. Asimismo, los integrantes de la División de Padrinazgos de la Casa de Gobierno, se encargarán de hacerle llegar una medallita de oro y un diploma conmemorativo. También tendrán una beca para los estudios primarios y secundarios. El decreto aclara que “el padrinazgo no crea derechos ni beneficios de naturaleza alguna en favor del ahijado ni sus parientes.” Actualmente hay en Argentina un promedio se unos 300 padrinazgos presidenciales anuales, de los cuales solo el 30 por ciento corresponde a mujeres y el restante 70 a varones (vox populi).

Licantropía

Hay que aclarar que desde el punto de vista científico, existe una enfermedad reconocida especialmente por los médicos psiquiatras, en la cual el paciente se siente hombre lobo y en consecuencia actúa como tal. Esta enfermedad se denomina Licantropía. El enfermo se cree lobo, camina en cuatro patas y gruñe, comportándose como un verdadero animal. Durante ese período debe ser tratado con mucho cuidado ya que se vuelve muy agresivo y es capaz de causar daño, aún a sus seres queridos, ya que en ese estado mental no reconoce a nadie y prácticamente actúa por instinto. Incluso hay algunos casos en la historia de esta enfermedad, en que los enfermos llegar a comer carne cruda, con un comportamiento totalmente animal.

Hay que evitar todo contacto en estas condiciones y tratar de que, cuando esto suceda, el paciente sea aislado hasta que recupere su condición normal. Cuando esto sucede, no recuerda absolutamente nada de lo que pasó. Actualmente, con las drogas modernas, esta enfermedad o manía, según algunos, puede ser controlada con psicotrópicos. Aunque cada vez hay menos casos a nivel mundial, siempre es factible que aparezca esporádicamente alguno. En todos los casos hay que estudiar su etiología y antecedentes. A pesar del intento de explicaciones científicas, el hecho sigue ocurriendo cada tanto, en algunos sitios de la Mesopotamia argentina, donde la gente cree firmemente en esta extraña leyenda.

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