Corrientes: el fuerte testimonio de Ana, la mujer que sufrió una emergencia obstétrica
Ana, la mujer que fue criminalizada, encarcelada y liberada en agosto pasado luego de haber tenido unaborto espontáneo, contó que no sale de su casa de Corrientes por miedo al estigma en su pueblo, un testimonio que pone voz a la de otras 1.532 con causas penales por la misma situación.
Hubo diálogos previos con ella vía WhatsApp hasta que aceptó hacer la entrevista telefónica con Télam.
"Es que ayer fue mi cumpleaños, y no estaba muy bien por todo lo me pasó", se excusa en el inicio del diálogo.
Lo que "le pasó" fue que estuvo ocho meses presa en una comisaría de Esquina, en Corrientes, después de tener unaborto espontáneo.
VER MÁS: Ana, absuelta tras una emergencia obstétrica: "Se dieron cuenta de que soy inocente"
Nunca hubo pruebas que dijeran lo contrario, por eso, luego de atravesar un juicio fue liberada por la justicia el 5 de agosto de este año.
Lo que "le pasó" fue que estuvo esposada un día entero luego de haber sido intervenida en un hospital donde no le explicaron la práctica médica, sin saber porqué estaba detenida, en medio del maltrato verbal de un enfermero, y con un custodio varón.
Ahora, en el inicio de su nuevo año, luego de su cumpleaños 31, la charla es sobre su presente y sus planes.
"Estoy mejor, pero desde que salí -de la cárcel, palabra que nunca nombrará en la entrevista- no salgo de casa, no voy a caminar, no salgo a la calle", cuenta.
Nació y vivió toda su vida en la misma ciudad correntina. Es ese, su lugar, ella dice: "No me siento para salir, siento que todos me miran".
¿Alguien te hizo comentarios que te molestaron, te lastimaron?, es la pregunta, a la que ella responde: "No, pero nunca salgo. Hubo gente que me ayudó, pero otras dijeron cosas que no son, repitieron cosas que no son".
Es que, una vez libre, su hija de 11 años llegó de la escuela llorando por "lo que decían de su mamá" algunas de sus compañeras y compañeros de clase.
Entonces, la mamá de Ana fue a hablar con las maestras de la escuela donde también estudia su hijo de 6 años.
"Se portaron bien, hicieron una reunión con los padres para que se cuiden de lo que dicen, porque los chicos repiten lo que escuchan en la casa", reflexiona Ana.
"Tengo miedo que digan algo; si me enfrentan a mí no me importa, pero no quiero que mis hijos pasen por eso", dice.
Ella, junto a su hija, su hijo, su mamá, su papá, sus dos hermanos adolescentes, sus hermanas y sus amigas atraviesan el estigma, el mismo que viven, al menos, otras 1.532 mujeres que tienen causas penales por aborto y otras 37 por eventos obstétricos criminalizados en 17 provincias argentinas, según el último informe del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) de 2020.
Desde Corrientes, Ana espera terminar la entrevista con Télam para comenzar a hacer pastelitos con su mamá.
Es el trabajo que tiene ahora, el hacer comida para vender, con eso se sostiene, paga una psicóloga y sueña con tener su propia casa junto a su hija y su hijo.
"Quiero hacer una nueva vida, me pone mal estar acá, donde pasó todo", comparte.
Valora y agradece el apoyo de organizaciones de mujeres, como Libres las Queremos.
La trabajadora social Leticia Gauna, militante de la Fundación Derechos Humanos Equidad y Género (FunDheg) acompañó a Ana y dice a esta agencia que "es fundamental el trabajo en red para visibilizar y generar empatía. Ahora, lo importante es que ella pueda recomponer sus vínculos comunitarios para continuar con su vida después de todo el daño que este sistema patriarcal le ha provocado".
Ana hace silencio para pensar una última reflexión y aporta que aprendió "muchas cosas, me enteré de cosas que no sabía. Las mujeres necesitamos más información, más ayuda, porque te maltratan en el hospital, en la policía, en la Justicia, entonces tenemos miedo de pedir ayuda. Eso tiene que cambiar".
Dónde pedir ayuda
*Línea de Salud Sexual del Ministerio de Salud: teléfono 0800 222 3444
Télam
¿Te gustó la nota?
Ranking
Comentarios