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Estaba por llegar a Alaska con su Fusca, pero murió en un choque

Cuando la aventura se cruza con la tragedia, no hay más remedio que lamentar la paradoja de un destino marcado. Analizamos las razones por las cuales el influencer Jesse Koz y su perro Shurastey murieron en un choque frontal, en Estados Unidos.
 

Por El Litoral

Sabado, 28 de mayo de 2022 a las 01:00

El mundo puede caber en la palma de la mano de un joven aventurero como en vida fuera Jesse Koz, pero un error fatídico lo cambió todo, en un abrir y cerrar de ojos.
Fue lo que sucedió en el abrupto final del extenso derrotero que este andariego joven de 29 años llevó a cabo durante 5 años, hasta el momento en que su Volkswagen Escarabajo modelo 1978 chocó de frente con una camioneta en el norte de Estados Unidos, justo cuando le faltaba muy poco para cumplir su sueño de conectar Tierra del Fuego con Alaska.
El accidente se produjo en el condado de Josephine, estado de Oregón, por donde Jesse intentaba entrar a Canadá junto a su perro Shurastey, un golden retriever que era la cara del viaje, al punto de que la mascota contaba con su propia cuenta certificada de Instagram.
El lunes 23 de mayo, mientras transitaban a bordo del Escarabajo por la carretera 199 “Redwood”, Jesse se encontró imprevistamente con un embotellamiento y realizó una maniobra de esquivamiento que lo llevó al carril opuesto, donde embistió frontalmente a un utilitario Ford Escape, conducida por una mujer de 62 años que resultó herida.
El impacto fue inevitable y la consecuencia fue la muerte instantánea del joven brasileño y su perro, cuyos cuerpos quedaron atrapados en los restos del Volkswagen.
Hasta allí la crónica de los hechos, pero esta columna necesariamente debe ir más allá, para analizar las razones de semejante fatalidad. A la distancia y sin contar con testigos presenciales puede resultar una osadía, pero vale decir que ya sea por distracción, apresuramiento o acto reflejo, el joven de 29 años eligió la peor opción para eludir a los autos atascados en su camino. Veamos:

l Invasión del carril opuesto. Abandonar el carril propio por una situación de fuerza mayor siempre implicará riesgos, pero el índice de peligrosidad de tal maniobra se reducirá sustancialmente si en vez de tomar a la izquierda, invadiendo la mano contraria de una ruta, lo hacemos hacia la derecha, en dirección a la banquina o incluso el guardarraíl, aunque ello derive en daños severos en el lateral del vehículo. Aunque incurrimos en ucronía, es probable que las consecuencias hubieran sido solamente materiales si el joven brasileño elegía la derecha.

l Auto antiguo. Un Escarabajo (o Beetle, o Vocho, o Fusca, según el país donde sea denominado este gran auto concebido por Ferdinand Porsche) con más de 40 años en sus espaldas también es un factor a tener en cuenta. Como se sabe, el diseño minimalista de una carrocería que vio la luz a fines de la década del 30 del siglo pasado no ofrece posibilidades de sobrevivir a un choque frontal en el tránsito del mundo actual.

l Cansancio. Horas antes de morir en el accidente, Jesse Koz posteó fotos del campamento donde había pasado la noche junto a su perro. Dormía sobre el techo del Escarabajo, dentro de una carpa autoportante. Para pernoctar debía realizar una serie de preparativos, al igual que al momento de partir. Puede que su entrenamiento a lo largo de 52.000 millas por 17 países le permitiera sobrellevar el trajín sin inconvenientes, pero la posibilidad de disminución de reflejos por cansancio debe ser incluida.

l Infortunio. El factor suerte es el menos científico de todos, pero siempre es considerado en estas travesías de largo aliento en razón de que resulta una verdadera paradoja que después de haber atravesado todo el continente americano Jesse, Shurastey y su Escarabajo hayan encontrado la muerte en un atasco de tránsito, a muy corta distancia de su objetivo. En cierto modo, fue una trampa del destino.

En las rutas desde 2017

La aventura de Jesse Koz y su perro Shurastey comenzó en 2017, cuando el dúo partió de Balneario Camboriú, en el sur de Brasil, para llegar hasta Alaska. Pudieron haberlo conseguido en 2020, pero el estallido de la pandemia los obligó a regresar a su país de origen. En 2021 volvieron a las rutas con el Volkswagen Escarabajo, que era el tercer miembro del equipo, con el objetivo de cruzar toda América del Norte. Desde el camino, gracias a constantes posteos en lugares icónicos del continente, los tres lograron una gran trascendencia en las redes sociales, con unos 400.000 seguidores en Instagram.

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