El Ecoparque de Buenos Aires organizó la Reunión Interinstitucional por la Conservación del Guacamayo Rojo, donde participaron distintas instituciones de todo el país que trabajan en conjunto para preservar esta especie extinta en Argentina. Entre ellas, la Fundación Rewilding, encargada del programa de reintroducción de estos animales en Corrientes.
Para reintroducir especies extintas es vital la colaboración de instituciones que trabajan con individuos ex situ, es decir, fuera de su hábitat natural. Por ejemplo, diversas instituciones reproducen y crían guacamayos rojos que son posteriormente liberados en el proyecto de reintroducción que lleva adelante Rewilding en el Parque Iberá.
Asimismo, cuando reciben individuos que no pueden ser liberados, los derivan a estas instituciones, que les brindan bienestar y buscan la forma para que cada individuo aporte a la conservación de su especie.
Del encuentro participaron representantes del Ecoparque de Buenos Aires, Fundación Temaikén, el Parque de la Biodiversidad de Córdoba, Bioparque La Máxima (Olavarría) y el Bioparque La Plata. El encuentro de la red de instituciones que trabaja conjuntamente fue celebrado porque que se espera ampliar cada vez más.
“Intercambiamos conocimientos y definimos los lineamientos para continuar recuperando esta especie en Argentina, donde se encuentra extinta hace más de cien años”, destacaron desde Rewilding.
Debido a su vistoso plumaje los guacamayos han sido perseguidos por los humanos desde tiempos históricos. En Corrientes habitaban al menos dos especies de esas grandes aves: el guacamayo violáceo (Anodorhynchus glaucus) o guaá-hovy, que fue completamente extinguido como especie, y el guacamayo rojo (Ara chloropterus) o guaá-pytá, que desapareció de la provincia y el resto de la Argentina.
Los guacamayos habitaron los campos con isletas de selva, palmares y las selvas de galería en Corrientes y otras provincias como Formosa, Chaco, Santa Fe, Misiones y Entre Ríos.
Hoy día, la población de guacamayos rojos más cercana a Corrientes se encuentra a más de 300 kilómetros hacia el norte y no está adecuadamente protegida. La especie se considera extinta para la Argentina.