A pesar de la notable bajante del río Paraná en Corrientes, aseguran que la situación no es tan crítica como al inicio del año pasado o fines de 2021, pero hasta marzo habría precipitaciones débiles o deficitarias.
Hace un mes y medio que la región no cuenta con lluvias importantes al igual que sucede en la zona de la cuenca del río Iguazú o Itaipú estas características hicieron que en está zona el caudal baje.
“En general, nadie se atreve a decir que la bajante terminó porque si se mira la perspectiva de lluvia hasta marzo están indicando precipitaciones débiles o deficitarias tanto para Brasil como para el noreste de Argentina. Bajo ese escenario no habría un cambio evidente, este será el valor más bajo porque hay perspectiva de lluvias esta semana en el noreste de Argentina y el Instituto Nacional del Agua está indicando que la situación no es tan crítica como se tuvo al inicio del año pasado o el fin del 2021”, indicó Hugo Rohrmann, ingeniero en Recursos Hídricos y docente de la Unne.
“El motivo claro de la bajante fue la ausencia de lluvias importantes en la cuenca del Paraná en Brasil en el último mes y medio, independientemente de que en las últimas semanas hubo lluvias interesantes en la parte más al norte de la cuenca que todavía no se sintió”, comentó.
En ese sentido, el docente resaltó que a diferencia del año pasado el almacenamiento útil de las represas que hay en el Paraná se encuentra alrededor del 55% y a principios del 2022 era solo de un 15% y agregó que están en mejores condiciones suponiendo que no haya aporte de lluvias pero la generación de energía hidroeléctrica permitiría que el caudal en Corrientes no continúe bajando.
“Esta es un época delicada, porque dentro del verano, los días son más largos, no hay lluvias por lo tanto el sol se hace presente de manera fuerte y por muchos días entonces hay más demanda de agua y ahí aparecen las condiciones de estrés hídrico, peligro de riesgos de incendios y ahora tenemos que ver como evoluciona este pronóstico porque dan precipitaciones para el jueves o viernes que permite amortiguar los incendios pero no para acumular agua”, afirmó en Radio Sudamericana.
Asimismo, reconoció que la situación es crítica y que las altas temperaturas todos los días rememoran el clima de enero y febrero pasados.
“Para mí este es un año de transición, por los niveles de almacenamiento, que son mejores que antes aunque no lo suficiente para recuperarlos. Y después, el fenómeno de La Niña que todos los modelos a nivel mundial están indicando que hay indicios de desaparecer y este es uno de los factores que generan las escasas lluvias”, reconoció Rohrmann.
“Cuando el Paraná está en valores normales no aparecen los bancos de arena y esto es un fenómeno natural. Sabemos que se van moviendo aguas abajo, al igual que las islas ese sedimento está en movimiento y la flora acompaña estas situaciones junto con el río, cuando empiecen a recuperarse volveremos a ver como era antes”, destacó. “Necesitamos una temporada de lluvia para que se recupere el nivel de humedad del suelo”, concluyó.