La historia de la meca mundial del cine está signada no sólo por la extravagante vida de sus millonarios productores, las suntuosas mansiones y los escándalos de ricos y famosos. Hollywood siempre es noticia por sus taquilleras producciones y sus habituales escándalos. La idea de ponerle Hollywood fue de Daela Wilcox, quien donó las tierras para el futuro emprendimiento “Le puse Holly (buena suerte) ya que suena bien y por cierto, yo soy supersticiosa.” explicó alguna vez. Y de hecho, hay casos de naturaleza sobrenatural que rondaron por mucho tiempo por sus estudios. También tiene sus fantasmas famosos y el más célebre es el de Rodolfo Valentino. El actor había nacido en 1895 en Italia. Llegó a los Estados Unidos en 1913 y tras destacarse como bailarín en Nueva York, recaló en Los Ángeles y filmó 14 películas en siete años. Convertido en ïcono de la belleza masculina, alcanzó la cumbre con el film “El Sheik” y luego con “El hijo del Sheik” pero murió con una peritonitis aguda en un hospital neoyorquino en agosto de 1926. Desde entonces nació la leyenda de las andanzas de su seductor espíritu por todos los sets en que había actuado y apareciendo en forma espectral en todas las casas en que había habitado.
El anillo maldito.
Los estudiosos y biógrafos de su vida cuentan que Valentino usaba un extraño anillo que amaba con particular devoción. Se lo había comprado a un viejo joyero en San Francisco en 1920. Pero hizo caso omiso a la advertencia que le dio el propio vendedor al decir que era mejor no colocárselo porque sus tres dueños anteriores habían muerto en forma trágica. Lo cierto es que el actor lo utilizó en el film “El Rajáh” que resultó un fracaso total, el primero de su carrera. Recordando las premonitorias palabras del joyero, optó por guardar el anillo en un cajón en su cuarto. Pero tiempo después volvió a ponérselo y ese desliz provocó su internación de urgencia a raíz de una grave peritonitis. Murió a los 31 años con el anillo puesto. Una de sus tantas mujeres rescató el objeto maldito y se lo regaló a su amante, Russ Colombo, de singular parecido con Valentino. Tiempo después, Colombo, en medio de un tiroteo, cayó muerto con la joya en uno de sus dedos. El embrujado anillo fue a parar a un museo que preservaba objetos y reliquias del galán. Pero su increíble devenir a través de distintas manos, no había terminado.
Una noche un ladrón ingresó a robar al museo y entre otros objetos se llevó el anillo. El desenlace cae de maduro: el disparo del arma de un policía acabó con su vida. Se dice que el funesto anillo permanece aún hoy en la caja de seguridad de un banco de Los Ángeles. Nadie parece querer retirarlo. Y no es para menos. Pero el que sigue deambulando por su mansión de Beverly Hills, es el espectro de Valentino, que, por lo visto, jamás aceptó la idea de que estaba muerto. Es que la belleza, pese a quien le pese, también muere. En 1916 el ocultista inglés Aleister Crowley, al visitar Hollywood, la describió como ”un sitio lleno de locos por drogas y sexo, infestada de espectros y fantasmas que flotan en esos aires con energía destructiva, propia de lo que allí pasó.”
El fantasma de Superman.
El primer Superman de la pantalla grande fue el actor George Reeves (1914-1959) un joven atleta de gran físico que participó en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 1932. Pero soñaba con actuar. Tuvo un papel menor en “Lo que el viento se llevó” y luego lo eligieron para protagonizar al reportero Clark Kent de “El Planeta”. Tuvo tres graves accidentes de auto de los cuales salió ileso.
Sinónimo de éxito, dinero y glamour, solía armar banquetes con celebridades en su mansión, hasta que en una noche de excesos, jugó con un revólver a la ruleta rusa y un disparo acabó con su vida y su mujer abandonó la casa para siempre, que quedó desierta por años. Luego una familia la adquirió y vivió allí sucesos anómalos. Su perro ladraba siempre hacia el rincón en que George había gatillado. Y a una hora determinada de la noche, se escuchaba un tiro y se sentía un penetrante olor a pólvora. En 1960 una productora grababa una serie allí cuando los presentes debieron interrumpirla. Fueron testigos de la fugaz aparición del fantasma de Superman, que se manifestó durante algunos segundos y luego desapareció, ante el asombro de todos.
Pero esto no fue todo, con el correr de los años, la saga de Superman, a través de sus distintos intérpretes, fue considerada como maldita, por la serie de hechos nefastos que allí sucedieron. Basta solamente recordar como finalizó uno de los tantos Superman de la pantalla, Steve Reeves, quien luego de un grave accidente terminó cuadripléjico en silla de ruedas, hasta que la muerte se lo llevó finalmente. A lo largo de la historia, los distintos actores que encarnaron a Superman en la pantalla grande tuvieron muchos accidentes que se relacionaron con la maldición, algunos graves y otros no tanto. Pero fue lo suficiente para considerar que la saga estaba maldita desde sus comienzos, por todos los percances que ocurrieron.
Por lo general, en los lugares que hubo mucho sufrimiento y dolor, los espíritus se resisten a partir y quedan como atrapados en el limbo, esperando su evolución hacia un nivel superior. Pero para esto deben tomar conciencia de que ya no pertenecen al mundo físico, al mundo de los vivos y se siguen manejando como si lo estuvieran. Y aquí lo que se da en llamar como almas en pena, que deambulan sin saber a dónde ir. Hay cosas que cuesta creer pero que realmente suceden en este mundo tridimensional. Alguna vez lo comprobaremos….