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/Ellitoral.com.ar/ Sociedad

Dengue, una enfermedad emergente de alta prevalencia

La Argentina se mantuvo libre del virus por más de 80 años, hasta su reintroducción en 1997-98 con un brote en Salta.

Por Jorge Osvaldo Gorodner *

Especial para El Litoral

La OMS  señala que en las últimas décadas ha aumentado enormemente la incidencia de dengue en el mundo. El número real de casos de dengue está insuficientemente notificado y muchos casos están mal clasificados. 

El aumento de la población humana, en condiciones de higiene insuficiente, la acumulación de residuos, el calentamiento global, así como las continuas intervenciones (deforestaciones, polución  ambiental, etc.) que perturban el balance ecológico, contribuyen a la emergencia de nuevas e inesperadas enfermedades humanas. La mayoría de ellas tienen origen zoonótico y son transmitidas por vectores. Una de ellas es el dengue. 

La forma grave fue identificada por vez primera en los años cincuenta del siglo pasado durante una epidemia en Filipinas y Tailandia. Hoy en día, afecta a la mayor parte de los países de Asia y América Latina y se ha convertido en una de las causas principales de hospitalización y muerte en los niños de dichas regiones

Antes de 1970, solo nueve países habían sufrido epidemias de dengue grave. Ahora la enfermedad es endémica en más de 100 países de las regiones de África, América, el Mediterráneo Oriental, Asia Sudoriental y el Pacífico Occidental, siendo las dos últimas regiones las más gravemente afectadas.

En 2008, en las regiones de las Américas, Asia Sudoriental y Pacífico Occidental se registraron en conjunto más de 1,2 millones de casos, y en 2013, más de 3 millones (según datos oficiales presentados por los países miembros a la OMS), de los cuales 2,35 millones en las Américas, siendo 37.687 de dengue grave. En 2009 Argentina sufrió una epidemia de más de 24.000 casos con 6 fallecidos. En 2013 ha habido casos en Florida (Estados Unidos de América).

 El dengue sigue afectando a varios países; la Argentina se mantuvo libre de dengue por más de 80 años, hasta su reintroducción en 1997-98 con un brote en Salta, debido al DENV-2. Entre diciembre 1999 y abril 2000 fueron diagnosticados 38 casos de DENV-1 en el Hospital Muñiz, de la ciudad de Buenos Aires, todos llegados de Paraguay en período de viremia. En esa época ya se había confirmado la presencia estable del vector A. aegypti en varias zonas de la ciudad, entre los meses de octubre y mayo. En 2007 se diagnostica el primer caso autóctono de DENV-3, también en el Hospital Muñiz, y en 2009 se confirman varios casos también autóctonos, en personas residentes en el suburbano oeste de la ciudad. De ahí en más la transmisión se ha ido potenciando hasta la situación actual. 

Según fuentes del Ministerio de Salud de la Nación en el año 2016 se registró un brote en 12 provincias, con un total confirmado de más de 76.000 casos de dengue, siendo esta situación una tendencia para América, en tanto solo en el 2018 se incrementó el número de enfermos. 

En la actualidad hasta la semana epidemiológica 11 de 2023 (del 12 al 18 de marzo), el Ministerio de Salud Pública de la Nación notificó en el país 9388 casos de dengue, de los cuales 8504 adquirieron la infección en la Argentina en forma de circulación local. Dicha cifra se encuentra actualmente excedida atendiendo a que en la última semana en todo el país los casos aumentaron en un 95 %, colapsando las guardias hospitalarias de 13 distritos donde ya había circulación viral comunitaria (Infobae), colapsando los servicios de guardia en hospitales de la ciudad de Buenos Aires. Se registraron 4 fallecidos, 2 en la provincia de Salta,  1 en Santa Fe y 1 en Tucumán. La circulación de este virus se ha identificado en 13 jurisdicciones: Buenos Aires (3 localidades), Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Catamarca (2 localidades), Chaco (2 localidades), Corrientes (2 localidades), Córdoba (1 localidad), Entre Ríos (1 localidad), Formosa (2 localidades), Jujuy (3 localidades), Salta (9 localidades), Santa Fe (16 localidades), Santiago del Estero (6 localidades) y Tucumán (15 localidades). (Infobae; TN; Ambito)

El A. aegypti constituye el eslabón principal de la cadena de transmisión del dengue. Otro lo constituye el hombre, por cuanto la hembra del Aedes necesita para  reproducirse de su sangre que obtiene a través de la picadura al ser humano. La vida del Aedes como adulto es de unos dos meses. Otro Aedes a considerar es el A. albopictus.

Los huevos de A. aegypti son depositados individualmente en la parte interna de depósitos de agua, donde se desarrollan, pudiendo frente  a la desecación eclosionar  al llegar temperaturas más altas. De ahí la ventaja de limpiar y vaciar recipientes durante el invierno. El A. aegypti está ampliamente distribuido, en especial en zonas urbanas. Es considerado un mosquito “hogareño”. 

El período que transcurre en el vector entre la ingesta de la sangre infectada y la capacidad de transmitir el virus depende de la temperatura y es de alrededor de  10 días. El radio de influencia de estos mosquitos es corto, entre 100 y 200 metros en promedio. Estos mosquitos pican durante el día, siendo su máxima actividad a la mañana y final de la tarde. Ambas especies pican al aire libre, pero A. aegypti también lo hace en ambientes interiores. 

Otro dato a tener en cuenta en la lucha contra el vector, además de los repelentes, es la experiencia con mosquitos transgénicos para combatir el Aedes aegypti. Los mosquitos transgénicos se aparean en libertad con hembras salvajes y transmiten el “gen letal” a sus descendientes, por lo que la nueva generación de mosquitos muere antes de llegar a la fase adulta, disminuyendo así su población en un 82% y el número de casos. 

La estrategia de atención primaria, con notificación temprana de casos, identificación de brotes y respuesta oportuna, no solo reduce el número de hospitalizaciones innecesarias, sino que también salva la vida de los pacientes.

Clínicamente, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) (2019) describe 3 fases en dengue. Fase febril aguda, con eritema, mioartralgias generalizadas, cefalea y dolor retro-ocular que dura de 2 a 7 días y puede acompañarse de manifestaciones hemorrágicas menores. Los pacientes pueden mejorar luego de que baja la fiebre, constituyendo casos de dengue sin signos de alarma, o algunos pueden empeorar presentando signos de alarma como vómitos, dolor abdominal, deshidratación, entre otros. La evolución a fase crítica puede aparecer en pocas horas, con aumento de la permeabilidad capilar paralelamente con los niveles del hematocrito, choque por la extravasación de plasma; hemorragias graves, compromiso serio de órganos, configurando la entidad clínica de dengue grave. 

La recuperación sobreviene luego de 48-72 horas con mejoría del estado general, se estabiliza el estado hemodinámico y se incrementa la diuresis. 

El diagnóstico directo del dengue se realiza por cultivo, RT-PCR y Elisa para detección del antígeno NS1; los métodos indirectos son Elisa-IgM (reacción cruzada con otros flavivirus), MAC-Elisa, y neutralización en placas, que diferencia los 4 serotipos Denv y otros flavivirus. En diferentes sitios del territorio nacional se hallaron 3 serotipos: 70% correspondió a DEN-1, 27% a DEN-4 y 3% DEN-2 (24, 26).

Respecto a vacunas, existe una ya registrada, Dengvaxia (Sanofi Pasteur), y otras cinco vacunas candidatas, que están en etapa de ensayos clínicos;  Dengvaxia tiene autorizado su uso en Argentina para prevenir Dengue grave en pacientes que han tenido primoinfección. 

Es una vacuna viva, recombinante tetravalente (para los cuatro tipos de dengue), se administra en tres dosis (0/6/12 meses). La eficacia contra dengue confirmado fue de 59.2%, con un año de seguimiento, y mayor contra serotipos 3 y 4 que para serotipos 1 y 2. 

 La situación epidemiológica obliga a apelar a todos los recursos que contribuyan a eliminar los vectores, reforzando la labor que están llevando a cabo las autoridades sanitarias y la comunidad, que prevengan estas patologías emergentes de alto coste sanitario y social. Amén de ello el diagnóstico precoz y tratamiento adecuado. Y una pertinente educación sanitaria a nivel comunitario.

Bibliografía consultada

Gorodner JO. Cambio climático y salud humana. Academia Nacional de Medicina de Buenos Aires. Disponible en: http.//www.acamedbai.org.ar/integrantes.php#opiniones-académicas. 2012. (acceso el 12 de febrero de 2016)

Organización Mundial de la Salud. Dengue y dengue grave. Nota descriptiva 117(mayo 2015). Disponible en: http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs117/es/ (acceso el 12 de febrero de 2016)

Gorodner JO. Zika, una situación sanitaria y social preocupante. El litoral (Corrientes, Argentina), 7 de febrero de 2016: pag 9.

16. Infobae América. Un mosquito modificado genéticamente será utilizado para prevenir el Zika (31 de enero de 2016). Disponible en: http://www.infobae.com/2016/01/31/1786799-un-mosquito-modificado-geneticamente-sera-utilizado-prevenir-el-Zika (acceso el 12 de febrero de 2016)

Gorodner JO. Enfermedades Emergentes. La influencia del cambio climático en América. Revista de Enfermedades Emergentes. Editorial. N°1, marzo 2016. Barcelona. España

GORODNER J.O. y col. Salud y Cambio Climático. E-book.

https://med.unne.edu.ar/web/index.php/3d-flip-book/salud-y-cambio-climatico/2019

Gorodner J.O. y col. Las zoonosis y su magnitud epidemiológica. Problemática del Cambio Climático.   Archivo Digital: descarga y online ISBN 978-987-86-2910-0

(*)Jorge Osvaldo Gorodner. Médico y Doctor en Medicina (UBA). Profesor Honorario de Medicina (UBA). Miembro de la Academia Nacional de Medicina de Buenos Aires. Miembro de Honor de la Asociación Médica Argentina (AMA). Director de la Carrera del Doctorado en Medicina (UNNE). Presidente de la Sociedad Argentina de Enfermedades Emergentes (AMA).

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