La primera ministra de Francia, Elisabeth Borne, dimitió ayer, mientras el presidente Emmanuel Macron busca dar un nuevo impulso a su segundo mandato antes de las elecciones al Parlamento Europeo y los Juegos Olímpicos de París este verano boreal.
Macron no nombró de inmediato a su sucesor.
El cambio de primer ministro se produce después de un año marcado por crisis políticas provocadas por controvertidas reformas del sistema de pensiones y las leyes de inmigración.
También se da cinco meses antes de las elecciones al Parlamento Europeo, y se espera que los euroescépticos obtengan avances récord en un momento de descontento público generalizado por el aumento del costo de vida y el fracaso de los gobiernos europeos para frenar los flujos migratorios.
En Francia, las encuestas de opinión muestran que el partido de Macron está detrás del de la líder de extrema derecha Marine Le Pen entre ocho y 10 puntos antes de la votación de junio.
Las especulaciones sobre una reorganización del gobierno habían estado muy extendidas en las semanas transcurridas desde que la estrecha adopción en el parlamento de normas de inmigración más estrictas expuso profundas grietas en la mayoría centrista de Macron. El propio mandatario prometió una nueva iniciativa política.
Entre los citados como posibles candidatos para reemplazar a Borne se encuentran el ministro de Educación, Gabriel Attal, de 34 años, y el ministro de Defensa, Sebastien Lecornu, de 37 años. Cualquiera de los cuales sería el primer ministro más joven de la historia de Francia.