Aunque las elevadas tasas pagadas por el Tesoro en la licitación del miércoles hicieron retroceder el dólar, la tendencia a la baja duró poco. Ayer el tipo de cambio volvió a mostrar presión alcista y pasó rápidamente de $ 1.275 a $ 1.290. Ante este repunte, el Banco Central anunció más medidas que apuntan a absorber más pesos desde el 1 de agosto.
El aumento de 10 puntos porcentuales en encajes de cuentas a la vista y cauciones bursátiles ya había sido anunciada en junio y avanza de acuerdo al cronograma previsto, ya que se empieza a implementar en el arranque del mes próximo.
El objetivo del Gobierno sigue siendo el mismo: evitar que el dólar supere los $ 1.300 para evitar que un salto mayor termine impactando en la inflación. Cuando la cotización llegó a ese nivel esta semana, tanto el Tesoro como el BCRA salieron con munición gruesa. Hubo importantes ventas de contratos de dólar futuro para fin de julio y agosto. Además, se realizó una licitación de títulos de urgencia para absorber el excedente de pesos luego de la eliminación de LEFI, las letras que se emitían a un día de plazo.
De la noche a la mañana los bancos quedaron con 15 billones de pesos líquidos, lo que impulsó una drástica caída de las tasas de interés, lo que inmediatamente fogoneó la suba del dólar. La cotización informal pasó a $ 1.350 para retroceder en los días posteriores.
Concretamente, ayer el Central ratificó que desde el 1 de agosto sube de 20% a 30% la exigencia de efectivo mínimo (o encajes) a los depósitos a la vista de fondos comunes de inversión “money market” y cauciones bursátiles tomadoras en pesos. De esta manera, se busca una reducción de tasas que impactará, por ejemplo, en los rendimientos que pagan las billeteras digitales a los clientes que invierten el dinero que no utilizan en la cuenta.
El plan del equipo económico es avanzar con una reducción de la cantidad de pesos del mercado y que paulatinamente empiecen a bajar las tasas de interés luego del pico de la semana pasada.
Incluso entidades como Adcap Grupo Financiero salieron a recomendar inversiones en bonos en pesos, tanto a tasa fija como ajustados por CER, que pagan una sobretasa de hasta 13% anual.
La cuestión es si los inversores estarán dispuestos a volver a apostar de manera un poco más masiva al “carry trade”, es decir posicionarse en pesos para aprovechar altos rendimientos con un dólar quieto.
La duda no pasa ahora tanto por las tasas, que sí quedaron muy atractivas en relación a la inflación. En realidad, la incógnita principal es si el equipo económico tendrá éxito en mantener el tipo de cambio bajo control. El mercado está claro que por ahora no se convence que $ 1.300 sea el nuevo techo para el dólar oficial. Muchos creen que se trata, en realidad, de un nuevo piso.
Desde la semana que viene se reduce significativamente la oferta de dólares del agro, debido a que se termina la baja temporal de retenciones a la soja. Además, se espera una mayor demanda de dólares ante la proximidad de las elecciones legislativas.
Uno de los datos destacados de los últimos treinta días, y que festejan los inversores también, es que prácticamente no hubo traspaso la suba del dólar a los precios. Las mediciones de julio muestran mucha estabilidad y se proyecta para este mes un índice parecido al de junio, que terminó en 1,6%. El superávit fiscal y el control monetario están actuando como anclas en medio del proceso de recuperación no solo del dólar oficial sino también del tipo de cambio real.
Aunque no hubo declaraciones al respecto, quedó en evidencia que el Gobierno cree que un tipo de cambio por encima de $ 1.300 sí podría empezar a impactar en los precios
Fuente: Infobae.