Miércoles 08de Mayo de 2024CORRIENTES24°Pronóstico Extendido

Dolar Compra:$860,5

Dolar Venta:$900,5

Miércoles 08de Mayo de 2024CORRIENTES24°Pronóstico Extendido

Dolar Compra:$860,5

Dolar Venta:$900,5

/Ellitoral.com.ar/ Opinión

Decisión que vale, pero…

Quizás deslumbrado por la victoria en las Presidenciales y creer que la administración kirchnerista le dejaba “la casa en orden”, Mauricio Macri inició su gestión hace casi tres años.

A poco de iniciar su mandato, Macri se topó con la pura realidad: el país estaba devastado económicamente, lo que hacía necesario poner en práctica un programa de recuperación, en el que era inevitable el ajuste (los argentinos esperaban que sea progresivo; el Gobierno optó por ser drástico).

Hoy, los elevados aumentos tarifarios y otras medidas económicas profundizaron la grieta y mantienen elevadas la inflación y la pobreza, amén de la escasez de trabajo.

Ahora, parece que la administración de Cambiemos se dio cuenta de que la situación del país es sumamente grave, reconoce su preocupación por la inflación y decidió ensayar “algunos remedios” que solucionen el problema.

En una nota en el diario La Nación, Pablo Fernández Blanco, señala que el recorte quirúrgico del gasto que ensaya Mauricio Macri desde su arribo al poder llegará este año a los viajes de los ministros y sus equipos que, por primera vez, tendrán menos fondos para viáticos y pasajes. Se trata de toda una rareza para la administración pública, que en los últimos 11 años destinó cada vez más fondos a las travesías de los funcionarios y encendió algunas de las polémicas del kirchnerismo, como las frecuentes y costosas salidas del ex presidente Amado Boudou fuera del país, entre otros.

El Gobierno tiene previsto destinar este año $5.266 millones al rubro viáticos y pasajes, un 9% menos que los $5.800 millones que tenía disponible para esa tarea en 2017. Dado que en la Argentina la inflación empobrece cotidianamente el valor de la moneda, la reducción del gasto en términos reales es mayor aún y ronda el 29 por ciento.

Casi una de cada dos dependencias de la denominada Administración Pública, que incluye también al Congreso y al Poder Judicial, recibirá menos pesos para afrontar los viajes. Y si se los mide en términos reales (descontada la inflación), el 87% de los organismos tendrá un recorte real en sus fondos.

Entre los menos frugales aparecen algunos datos llamativos. El ajuste no llegará a los jueces, que este año prevén usar casi el doble de fondos que emplearon en 2017. De todas maneras, la cifra es menor en el contexto más grande. Son $51 millones.

Los sigue Presidencia de la Nación. El propio Macri lideró el ajuste en otras áreas, pero su predisposición al ahorro parece no haber llegado a los viajes, que pasaron de un presupuesto de $155 millones a otro de $235 millones. Dos factores golpean de manera directa ese número: por un lado, Macri se puso entre los principales objetivos de su gestión mejorar el vínculo de la Argentina con el mundo, algo que puede derivar en un aumento de las visitas al exterior, tanto de su parte como de su equipo, en especial en el año en que el país es organizador de la cumbre del G-20.

Además, un informe de la Casa Militar, a cargo de la seguridad presidencial, informó a principios de este año que Macri corría “un serio riesgo” cada vez que abordaba un avión comercial, algo que llevó a replantear las decisiones en ese plano.

Aunque sus oficinas en Casa Rosada están separadas por apenas algunos metros, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, está en las antípodas de Macri en materia de viáticos y pasajes. El año pasado tenía disponibles $192 millones, que se redujeron hasta los $72 millones, un 62% menos.

El ministro de Modernización, Andrés Ibarra, es el segundo entre los que más ajustaron sus gastos en viáticos (sumado el presupuesto de la cartera de Comunicación, que antes estaba en manos de Oscar Aguad y ahora está en su órbita). El funcionario es algo así como el jefe de Recursos Humanos del Estado y uno de los alfiles en el control del gasto, por lo que debe dar el ejemplo. Esquiva cada vez que puede la contratación de vuelos privados, prefiere sacar pasaje en las líneas aéreas comerciales y suele viajar en clase turista, una regla que deben cumplir también sus colaboradores.

La medalla de bronce le corresponde a Francisco Cabrera, ministro de Producción, que pasó de $125 a $71, seguido por Defensa, a cargo ahora de Aguad, que tiene disponibles $683 millones, un 36% menos.

Resulta llamativo la actitud del Gobierno: cada vez la gravedad del país ocupa las primeras planas, el Presidente decide adoptar medidas correctivas. La pregunta cabe de lleno: por qué no se hizo con antelación antes de que se agrande el problema.

¿Te gustó la nota?

Ocurrió un error