n Mañana es domingo y miles de argentinos volverán a practicar la vieja costumbre de levantarse temprano con intenciones de ver la tele atraídos por un acontecimiento deportivo. Como no ocurría desde hace 23 años, sintonizarán la transmisión en vivo de la carrera de Fórmula 1 para ver a un compatriota en pista, una ceremonia que se repetirá gracias al joven Franco Colapinto, flamante incorporación de la escudería Williams para lo que resta de la temporada 2024.
¿Quién es Colapinto? Se ha hablado mucho de él en estos días pero es procedente repasar su trayectoria, que no comenzó ayer. Hijo de un ex piloto de categorías zonales, hizo sus primeras armas en karting, especialidad que le permitió escalar en todos sus niveles hasta obtener el campeonato nacional junior en 2016, cuando tenía 13 años.
A partir de allí no paró de progresar gracias al apoyo de su familia y a su propia fortaleza psicológica, ya que a los 14 años se radicó en Europa para remarla desde abajo. Dormía en un taller del equipo de kart que lo contrató, lavaba su ropa, cocinaba y se familiarizaba con la mecánica para “entender todo y saber cómo hacer para andar más rápido”.
Decenas de portales y publicaciones en redes sociales hoy muestran a escala viral los logros del chico nacido en Pilar allá por 2003, pero mucha agua hubo de correr para que el sueño de su llegada a la Fórmula 1 se hiciera realidad. El problema de los espónsores, la realidad de un país en crisis constante y la dificultad que representó estar lejos de los suyos durante tanto tiempo. Todo fue superado por Franco con un objetivo en el que siempre estuvo enfocado: llegar a lo más alto y, si fuera posible, al olimpo de los pilotos más veloces del mundo.
Colapinto lo consiguió de pronto, sin que se hicieran grandes declaraciones al respecto y gracias a que Williams se cansó de soportar las imprudencias del norteamericano Logan Sargeant, un piloto con buena billetera pero proclive a estrellar los monopostos contra las barandas de protección. Su último desliz, en Países Bajos, hizo que fuera eyectado de la escudería inglesa, que salió a buscar reemplazos de inmediato.
De inmediato es un decir. A pesar de que los latinoamericanos enfrentan el selecto mundo de la F1 con la desventaja de no pertenecer a las naciones desarrolladas (allí se concentran los mercados consumidores de la tecnología que las marcas desarrollan en el automovilismo de elite), el nombre de Colapinto estuvo en los últimos meses en la consideración del director de Williams, James Vowles.
El número uno de Williams del equipo perteneciente al fondo de inversión Dorilton Capital tomó nota de las buenas actuaciones del piloto argentino. En especial el día en que, en el mítico circuito de Ímola, superó en la anteúltima vuelta a Paul Aron para tomar el primer lugar de la carrera sprint. “Eso lo cambió todo para mí, porque Franco pudo haber especulado con quedarse en el segundo lugar, sin embargo arriesgó y ganó la posición limpiamente”, destacó Vowles, un ingeniero británico que comanda Williams desde que Franck Williams, un año antes de su muerte, decidió vender la escudería para salvarla de la quiebra.
Colapinto arribó al gran circo de la F1 con el aliento de colegas de origen latino como es el caso del español Fernando Alonso (quien lo apoyó años atrás para que lograra el campeonato de Fórmula 4 en el país ibérico) y el mexicano Checo Pérez, pero sufrió la afrenta de Ralf Schumacher, tío del otro aspirante cercano a la butaca de Williams, Mick, el hijo del séptuple campeón mundial Michael Schumacher.
“Deberían haber optado por alguien con más experiencia. Esto es un absurdo”, sostuvo Ralf en declaraciones a la prensa especializada. Sus expresiones fueron contrarrestadas por el capo de Williams, quien aseguró que el fichaje de Colapinto es resultado de una estrategia de largo plazo que incluye apostar a los talentos propios. “Decidimos recurrir a nuestro semillero”, dijo el director de la escudería, luego de resaltar que el pilarense forma parte de la Academia de Pilotos de Williams y suma miles de horas en los simuladores del FW46 que ahora comanda en Monza.
El viernes, bien temprano, el debutante argentino demostró que Williams no se equivocó, al marcar un tiempo digno que lo ubicó en el escalón 17 del pelotón de 22 pilotos de la máxima. No es poco para un recién llegado que tiene todo por delante y es merecedor de la confianza de su equipo.
Segunda vuelta con Williams
El arribo de Franco Colapinto a Williams se produjo por decisión estratégica de la escudería y sin importar las presiones ejercidas por otros pilotos con buen respaldo económico. Entre ellos el hijo del multicampeón Michael Schumacher, pero el argentino tuvo la ventaja de formar parte de la Academia de Pilotos Williams y se hizo merecedor de una oportunidad de oro gracias a sus buenas actuaciones. |