En la sala del café “El Mariscal”, el periodista y escritor Darwy Berti tuvo a su cargo ubicar a este nuevo libro entre los tantos de poesía que se vienen sucediendo desde los días de Homero, sin llegar nunca a definir qué es la poesía en su real dimensión. Es imprescindible aquí la participación del lector desde la lectura del texto hasta su propia interpretación para poner de manifiesto una vez más, su concepto de poesía.
Esta segunda edición del libro, habla de una necesidad de compartir la fuerza que engendra en sus poemas Gabriela Stacul cuando desde ellos habla y hacia ellos lleva por un mimetizado camino donde los animales tienen lo que humanamente pudieron conseguir. Y viceversa.
El artista plástico y escritor Luis Llarens, expresó lo que dijera Paul Valery en referencia a su libro de poemas “Charmes” que traducido sería algo así como “Empayesamientos”, “mis versos tienen el sentido que se les da. El que yo les doy no se ajusta más que a mi y no es opuesto a nadie. Es un error contrario a la naturaleza de la poesía pretender que toda poesía corresponde a un sentido único, idéntico al pensamiento del autor”.
Una de las virtudes de “Seducción animal”, que pretende desde el principio, hacer uso de esa seducción sin limitaciones, es que también se lo puede leer revalorativamente, buscando en la peligrosidad del animal, su costado de benevolencia y hasta de sumisión ante peligros comunes a todos en la raza humana y animal.
La soledad, el frío y el miedo a lo desconocido en beneficio de su propia existencia y en su ambivalente condición de ser.
A su turno la actriz Vicky Mecca leyó el poema que da título al libro, “Seducción animal” y un salón colmado de silencio se dejó llevar por la voz de esta profesional de las tablas que hizo erizar la piel con la palabra.
Desde la tapa del texto, una muy buena fotografía de Gabriela Stacul lograda por Yilmar, promete cautivar con su poesía como lo hizo el sábado por la noche ante un público que aplaudió la valentía del poema.