Las placas que se observan en las paredes del Destacamento de Granaderos de Yapeyú tan sólo es un anticipo del tesoro que anidan en su interior. Es que a pocos metros de la entrada principal se puede observar un cartel que dice “Museo”, mientras que una flecha indica que el camino debe continuarse hacia la derecha. Allí, la imagen que se puede observar traslada al visitante a otros tiempos bajo la mirada atenta de un granadero artificial que parece custodiar las máximas que José de San Martín dejó a su hija y una vitrina con más de una decena de cofres. La mayoría de ellos atesora tierra del lugar donde vivió o dejó de existir físicamente algún integrante de la familia De San Martín, incluido el Padre de la Patria.
Pero esto sólo es el inicio del recorrido, luego una imagen de bronce del Libertador de América da paso a la “Sala Misionera” donde el centro de la escena es ocupada por una vitrina con un Cristo yacente, talla jesuítica que fue hallada en las márgenes del río Uruguay. Mientras que otros elementos característicos de ese período están ubicados cerca de las paredes laterales.
Después un arco da paso a la “Sala Sanmartiniana”, un espacio dedicado a exhibir elementos como una replica del uniforme de los Granaderos, del sable utilizado por el Padre de la Patria y hasta modelos de los proyectiles utilizadas en las campañas libertadoras.
Cuando el museo parece haber exhibido los elementos más característicos de acontecimientos que marcaron la historia de Yapeyú, se accede a una tercera sección de las instalaciones. Hacia la derecha un cartel engloba a todos los objetos como la “Sala de la refundación de Yapeyú”. El primer farol, de origen alemán, que formaba parte del primer alumbrado público en la cuna del Libertador, un cuadro del antiguo templo, una vitrina con documentos y fotografías, son parte del testimonio tangible que se observa en el lugar.
En tanto que el medio del espacio esta marcado por una lápida mortuoria que data de 1886.
Mientras que en el lado izquierdo existe un reloj, que tiene unos dos metros de alto, el cual perteneció también al antiguo templo; un piano y hasta la replica del mobiliario donde San Martín pasó sus últimos días: Boulogne Sur Mer (Francia). Escenario que está compuesto por una cama en la que sus respaldos están rodeados de silla. Y a unos pocos metros yace un hogar, característico de las casas emplazadas en lugares donde predominan las bajas temperaturas.
Este tesoro histórico en la cuna del Libertador de América recibe un gran número de visitas durante el año, cuyo paso por el lugar queda plasmado en un libro ubicado en el ingreso al Museo. El Litoral pudo observar allí una gran cantidad de dedicatorias firmadas por personas provenientes de diferentes provincias argentinas y de otros países, quienes destacan el elevado valor que poseen los elementos allí resguardados como así también la rol de los granaderos.