Por Narella Antonina Colussi
Colaboración Especial
Según la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo 2009, en nuestro país se observó una proporción de actividad física baja del 54,9% a pesar de saberse que la misma si es practicada de forma regular disminuye la mortalidad por enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) al disminuir los episodios ataques cardiovasculares, diabetes, hipertensión, obesidad, depresión y osteoporosis, como así también la de algunos cánceres como colon y mama.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) elaboró las recomendaciones mundiales sobre la actividad física para la salud con el objetivo general de proporcionar orientación sobre la relación dosis-respuesta entre frecuencia, duración, intensidad, tipo y cantidad total de actividad física y prevención de patologías crónicas.
Las recomendaciones distinguen tres grupos de edad: 5-17 años, 18-64 años y más de 65 años. A continuación se indican las recomendaciones para cada grupo dado que con el paso del tiempo el cuerpo tiende a reducir la musculatura y aumentar la grasa lo que puede producir pérdida de fuerza y autonomía. El ejercicio físico a toda edad es clave para mantenerse fuerte y ágil.
Perdemos músculos, perdemos fuerza
La consecuencia más evidente de la pérdida de musculatura, también conocida como sarcopenia, es la pérdida de fuerza. Esto ocurre frecuentemente por la adopción de dietas milagrosas o mágicas que prometen una rápida pérdida de peso mediante un régimen alimentario no solo carente en calorías sino también de grupos de alimentos y nutrientes, así es que el descenso que marca la balanza solo es a expensas de masa muscular y líquidos y no por pérdida de masa grasa lo que posteriormente desencadena el renombrado efecto rebote. Por ello es que si éstos regímenes son mantenidos durante una cierta cantidad de tiempo, como ocurre con las personas dietantes, las fibras musculares que permiten hacer grandes esfuerzos o correr a gran velocidad se atrofian y como consecuencia el individuo pierde fuerza para realizar sus actividades cotidianas.
Gasto calórico
El cuerpo humano necesita una cierta cantidad de calorías (que dependen del sexo y la edad principalmente) para realizar sus funciones basales en reposo como respirar, mantenerse erguido, hacer la digestión, etc, esa cantidad de calorías aumenta según el nivel de actividad física que el individuo realice, a mayor nivel de actividad física más calorías necesitará la persona para llevarla a cabo y lógicamente su alimentación será más laxa y generosa ya que no tenderá a acumular como masa grasa lo consumido.
Cuando progresivamente se reduce el nivel de actividad los músculos además de perder fuerza con el paso de los años pierden autonomía por lo tanto a medida que el hombre envejece pierde la movilidad y gestión de los movimientos.
Cuestión de rutina
La buena noticia es que a cualquier edad se puede hacer actividad física e incluso en personas mayores los músculos pueden adaptarse rápidamente para prevenir mayores pérdidas y mejorar la fuerza.
La mejor forma de modificar este signo del paso del tiempo es mantenerse activo, hacer actividad física con regularidad y mantenerlo a lo largo de los años. La consulta con un médico o un profesional de actividad física es importante, no sólo para prevenir lesiones u otros problemas de salud, sino para obtener los mejores beneficios del ejercicio.
EL DATO
Narella Antonina Colussi es Magíster Internacional en Nutrición y Dietética y Especialista en Nutrición Clínica.