POR DIEGO SABAO
@diegosabao
El servicio de transporte público es una de las opciones más utilizadas por los correntinos para trasladarse en la ciudad por cuestiones de trabajo, estudio y recreativas. Viajar en colectivo es una experiencia que, con cuestiones negativas y positivas, se encuentra instalada en las costumbres y necesidades de la gente, forma parte de la cotidianidad.
Para lograr transmitir algunas de las situaciones que se experimentan viajando desde el centro hacia algún barrio periférico y viceversa, El Litoral realizó un recorrido tradicional de la línea 103 hasta el Doctor Montaña. El ramal fue elegido por ser uno de los que más pasajeros transporta a diario hasta la alejada frontera del Sur capitalino.
Cabe recordar que las unidades articuladas fueron introducidas para esa zona debido a la multitud que se traslada a diario. Aunque se trata sólo de un caso testigo, sirve para graficar la realidad que viven a diario los usuarios.
Con pocos pasajeros a bordo, el recorrido comenzó el viernes a las 11:40 en la parada del puerto. El trayecto, modificado en esa ocasión por cortes de calles en el centro, se tornó algo lento por la cantidad de vehículos que circulan en horario pico en las angostas calles céntricas.
Con varios desvíos obligados, la unidad comenzó a llenarse en el tramo de Hipólito Yrigoyen y al recorrer Santa Fe. Allí se encuentra una de las partes más congestionadas de la ciudad. Arribando a la esquina de la plaza Cabral ya todos los asientos estaban ocupados y empezaron a verse las primeras personas paradas.
Lograr salir del casco céntrico le tomó unos 20 minutos al chofer, por la congestión en el tránsito y un número importante de pasajeros que suben al colectivo. En casi todas las paradas esperaban no menos de diez personas, muchas veces mezcladas con las que aguardaban otra línea que los lleve a algún punto de la ciudad. Así, para el mediodía eran muchos los pasajeros y sobresalían en este sentido los alumnos del turno mañana de la escuela primaria que acababan de salir. En total, desde la salida en la parada del puerto hasta la entrada al barrio fueron 71 las personas que subieron.
A pleno
Cerca de las 12:10 el colectivo de la línea 103 llegó a la esquina de avenida Maipú y Nuestra Señora de Asunción. A partir de allí, la unidad viajaba prácticamente repleta de estudiantes y personas que volvían a sus casas tras hacer trámites o compras. En el trayecto que continúa por Maipú y hasta llegar al Doctor Montaña fueron pocas las personas que se encontraban esperando en las diferentes paradas. Esto hizo que el recorrido se agilice y el coche pare casi exclusivamente para bajar a los pasajeros.
En casi todo el viaje, se advirtió una recurrente actitud de los pasajeros de los colectivos capitalinos. Así, al menos unas diez personas decidieron descender de la unidad por la puerta delantera, una acción que está prohibida por cuestiones de comodidad y seguridad y que debe ser evitada por el conductor. Los usuarios que en ese momento intentaban subir al coche debieron esperar a que bajen los que habían llegado a destino.
El colectivo arribó a la zona de Maipú y Guayquiraró, donde se ubica la conocida “Quinta de los médicos”, y allí descendió un importante número de pasajeros. Aunque quedaban todavía personas paradas, a partir de ahí la unidad se vació bastante y el viaje se volvió más cómodo para las personas, ya que varios lograron ir sentados hasta llegar al barrio.
Llegada
Pasando previamente por la entrada del predio de Santa Catalina, el 103 ingresó al Doctor Montaña a las 12:25. De esta manera, tras 45 minutos de recorrido por el casco céntrico y la avenida Maipú, la unidad llegó a destino. En tanto, en la vereda de enfrente ya se advertían dos grupos de personas aguardando el transporte para salir hacia el centro u otro destino y algunos habitantes del Esperanza esperando tomar “la calesita” que los deje cerca de su casa.
Vuelta
Luego de un breve parate en la calle principal del Doctor Montaña para dialogar con los pasajeros que se encontraban esperando el colectivo, El Litoral emprendió el viaje de regreso hacia el centro capitalino. En esta ocasión, el recorrido se dio de manera distinta al de la ida. Tras una corta espera, cerca de las 12:40 llegó el 103. Antes de salir del barrio, se podía advertir que la mayoría de los pasajeros que subía en esa zona eran jóvenes uniformados rumbo a la escuela.
En ningún momento del recorrido el coche logró llenarse, sólo se completaron los asientos y unas pocas personas iban paradas hasta llegar al centro. Hay que tener en cuenta que pasado el mediodía se termina el horario comercial y son mayoría los que vuelven a su casa en ese momento del día.
A la altura de la avenida Alta Gracia, el viaje se demoró algunos pocos minutos debido a un cambio de chofer de la unidad. A partir de allí y hasta llegar al casco céntrico, fueron muy pocos los pasajeros que subieron o bajaron del colectivo.
Siguiendo su recorrido a través de Maipú, ingresó al centro por calle España pocos minutos después de las 13. El circuito llegó a su fin. Así, con un tránsito menos cargado y pocos pasajeros, el tiempo de traslado en relación con el de la ida se redujo casi a la mitad.
La cifra
71
Fueron los pasajeros que subieron al colectivo 103 durante el recorrido que une el centro con el barrio Doctor Montaña.