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/Ellitoral.com.ar/ Derechos Humanos

El aborto desde la iglesia: entre críticas al sistema legal y a la educación sexual

En la iglesia Catedral, se presentó el nuevo servicio que acompañará a las mujeres embarazadas.

Por Melisa Vega (@_melijota)

Desde 1989, la Iglesia Católica cuenta con un soporte de acompañamiento y ayuda a la mujer embarazada. Eso es Grávida, una fusión de las palabras “gracias por la vida” y que en español antiguo remite al “estado de gravidez”. La organización se gestó en la Diócesis de San Isidro provincia de Buenos Aires, llegando a expandirse a 55 localidades del país y ahora funcionará en la Arquidi ocesis de Corrientes.

Con una fuerte convicción en que el aborto no es justificable bajo ningún caso en particular, Grávida se planta hoy como una respuesta alternativa a los movimientos sociales y feministas que reclaman por el aborto legal, seguro y gratuito.  Actualmente cuenta con más de mil voluntarios en todo el país.

“Nosotros identificamos a la mujer en riesgo inminente de aborto, aquella que está sola o acompañada por su pareja que ante un embarazo no deseado se plantea la alternativa de interrumpirlo”, explicó el padre Bernardo Ruiz Moreno, quien es asesor Nacional de Grávida, en diálogo con ellitoral.com.ar.

Desde la organización entienden que el momento en que vive la mujer que se encuentra en esta situación es de “crisis, dolor e injusticia” por lo que actúan no desde la imposición, sino desde lo que consideran como “la verdad” de la Iglesia. Aclaran que su trabajo no consiste en reaccionar ante los sectores que defienden el aborto, sino brindar un servicio en base a la doctrina religiosa.

El padre Bernardo entiende que la práctica no es justificable en ningún caso. Ni siquiera en los habilitados por el Código Penal Argentino que aclara que una mujer en el país puede acceder al derecho al aborto si corre riesgo su salud , si ha sido violada y si la violación es sobre una mujer con padecimiento mental. El religioso explicó que, más allá de  estas situaciones,  la Iglesia mantiene su postura:  defender la vida desde la fecundación.

A él no le parece correcto que la interrupción tenga que ser una “imposición” del sistema legal argentino que lo ofrece como una alternativa. Comentó que en Grávida se piensa en el acompañamiento desde la dignidada de la mujer y del bebé. Para ellos, lo más importante es ver el triunfo de la vida.

Teniendo en cuenta las múltiples críticas que el movimiento feminista hace a la iglesia y a su vinculación con el Estado, el religioso afirmó que “la iglesia no se mete en los cuerpos de nadie”. Para él, “ideologizar” una problemática es un grave error, ya que “anula todo tipo de intercambio”.

El perdón y la educación sexual

En noviembre del 2016, el papa Francisco manifestó que autorizaba a los sacerdotes de todo el mundo a absolver de los pecados a cualquier mujer que se haya practicado un aborto. El padre Bernardo destacó la actitud del Papa pero aclaró que “el perdón siempre estuvo en la iglesia”. Explicó que desde la entidad, además del acompañamiento también poseen un espacio de reconciliación y absolución pero siempre con la convicción de que el aborto “deja su secuelas, su sello y heridas a la persona que lo practica”.

Respecto a la educación sexual, comentó que no lo hacen, pero que sí “construyen conciencia en el corazón para la adhesión a la vida desde la concepción”. Ruiz Moreno insiste en la necesidad de trabajar para que “el aborto no sea la solución mágica” a la que recurren las mujeres. Asume que la iglesia adhiere a la enseñanza, pero no cree que la educación sexual sea sólo  el ejercicio de la “sexogenitalidad con carácter profiláctico o meramente anticonceptivo” sino que es una tarea más amplia y profunda que debe ser tomada desde una mirada integral.

Entiende que muchas veces la Iglesia llega tarde, por lo que considera importante enseñar desde una más temprana edad, pero a su vez reclama que junto al Estado sean los responsables de la enseñanza ya que a su parecer la educación es algo que se “vive y mama en casa”.

“El Estado y la iglesia deben ser un auxiliar que acompañen o fortalezcan lo aprendido. Creo que el lugar donde sea dé la educación o el desarrollo es en la casa, en el diálogo entre los padres y sus hijos”,dijo.

El padre Bernardo considera que la única forma de llegar a un consenso con sectores diferentes es a partir de la generosidad y el diálogo: “Si yo creo que soy el único dueño de la verdad, pierdo”, finalizó.

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