Los casos de alergia a la proteína de leche de vaca (APLV) se triplicaron en diez años, reveló un estudio realizado por un grupo de especialistas del Hospital Italiano de Buenos Aires (HIBA), quienes identificaron como causas posibles los cambios en el estilo de vida, la predisposición genética, el aumento de las cesáreas, el uso de antibióticos y también factores ambientales.
El estudio, que será presentado en el 40° Congreso Anual de la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica (AAAeIC) que se llevará a cabo en Buenos Aires del 10 al 12 de agosto, se realizó analizando las historias clínicas de 14.710 recién nacidos, que fueron luego seguidos en su crecimiento por el hospital, y arrojó que mientras que en 2004 la APLV era del 0,4%, hacia fines de 2014 ese valor había trepado a 1,2%.
"Los resultados arrojaron, además, que de los casos que presentaron APLV el 55,2% fueron niñas y la edad promedio de diagnóstico fue de 3,6 meses, con una edad mínima de un mes y máxima de 11 meses", describió Claudio Parisi, especialista en Alergia e Inmunología, presidente de la AAAeIC y uno de los investigadores que participó del estudio.
Qué es
La alergia a la leche ocurre cuando el sistema inmunitario interpreta equivocadamente que la proteína de la leche es una sustancia peligrosa, contra la que se debe defender el organismo. Esto inicia una reacción alérgica, que puede hacer que el bebé se ponga inquieto e irritable, se le revuelva el estómago y presente otros síntomas. Muchos de los niños que son alérgicos a la leche de vaca también reaccionan a la leche de cabra y a la de oveja, y algunos también son alérgicos a la proteína de la leche de soja.
Los lactantes amamantados son menos proclives a desarrollar una alergia a la leche que los alimentados con leche artificial. Los investigadores no acaban de entender por qué algunos desarrollan este tipo de alergia y otros no, aunque se cree que en muchos casos la alergia tiene un importante componente genético.