Luego de controvertidos fallos judiciales, la jueza de Instrucción y Correccional de Santo Tomé, Marina Durand, ordenó la elevación a juicio de una causa que investiga un femicidio ocurrido en Gobernador Virasoro en marzo pasado.
El único acusado es la ex pareja de la víctima.
El femicida es Osvaldo Fortunato Silva (38), quien el pasado mes de marzo habría asesinado a Perla Marisel Zelaya Araujo (43) e intentó matar a la hija de ésta. Luego quiso suicidarse, pero sin éxito.
Silva tuvo el beneficio de la prisión domiciliaria, lo cual trajo aparejado una serie de cuestionamientos que derivaron incluso en una numerosa marcha de amigos y familiares de la mujer.
El femicidio ocurrido el 5 de marzo pasado fue uno de los más impactantes de los últimos tiempos.
De acuerdo con los datos aportados por la Justicia que investigó el caso, hubo una breve discusión entre ambos y el hombre la atacó, primero, con un cuchillo y luego con un revólver calibre 32.
La agresión comenzó en una despensa y la víctima intentó escapar. Silva, un empleado de la empresa de electricidad de Corrientes, le produjo un profundo corte en el pómulo izquierdo.
Después le efectuó dos disparos con un revólver. Los impactos de bala fueron a la altura de la axila izquierda y los plomos terminaron alojados en el pulmón derecho.
El deceso fue instantáneo, confirmó horas después el médico policial que examinó el cadáver.
Una vez consumado el femicidio, Silva utilizó el mismo revólver para dispararse en el pecho. Cuando la Policía llegó al lugar, una ambulancia ya lo trasladaba al Hospital de Gobernador Virasoro, desde donde fue derivado al Hospital Escuela de la capital correntina.
El hombre fue operado y días después fue dado de alta y llevado a prisión.
En base a los testimonios de familiares y vecinos se pudo establecer que la mujer había terminado la relación con Silva hacía dos meses. El hombre no aceptó la decisión y seguía acosándola con intenciones de retomar el vínculo.
Zelaya Araujo llegó a realizar una exposición a raíz de la insistencia de su ex pareja, pero no alcanzó a dimensionar el peligro cuando el hombre alquiló una vivienda en el mismo barrio.
Un funcionario judicial que estuvo en la escena del crimen dijo que probablemente la mujer había intentado escapar del femicida porque en el pasillo que conecta el local comercial con la vivienda se halló uno de los calzados que tenía al momento del ataque. Unos dos metros más al fondo, la mujer se desplomó ya sin vida.