Aunque en algunas zonas se advirtieron mejoras, la ordenanza de prohibición no logró evitar el uso de pirotecnia de estruendo en Nochebuena. Con controles, buscarán reducir esta modalidad en Año Nuevo, tratando de prevenir daños.
Si bien los artefactos pirotécnicos resultan siempre peligrosos, lo cierto es que los niños con trastornos del espectro autista (TEA) son los más afectados ante los estruendos fuertes. El Litoral dialogó con una familia que desde hace años tuvo que cambiar rotundamente su manera de pasar las Fiestas para proteger a su hijo.
“Hace doce años que pasamos Navidad y Año Nuevo encerrados y salimos recién al otro día”, expresó Sabrina Chávez. Doce años, la edad de Mateo, su hijo, que formó parte incluso de la campaña municipal “más luces y menos ruidos”.
La mujer contó a este matutino cómo adaptan los festejos. “A las 21 cerramos las puertas y ponemos música para no escuchar la pirotecnia”, expresó y agregó: “No nos enteramos sobre lo que pasa afuera”.
Es así que, tras el brindis en la casa de sus suegros donde habitualmente pasan, todos salen a saludar a los vecinos mientras ellos se quedan con Mateo para ser espectadores de uno de sus “shows”. “Le encanta la música, entonces agarra la guitarra, el micrófono y así pasamos siempre”, señaló.
El cambio fue importante tras detectar que a su hijo, que apenas era un bebé, le afectaban notoriamente los ruidos y no podía parar de llorar. “Yo antes usaba pirotecnia”, reconoció Sabrina y recordó: “En algún momento tratamos de que se divierta con las estrellitas, pero nos dimos cuenta de que hasta el sonido del chasquibum le hacía mal”.
El desafío, además de proteger a Mateo fue siempre la concientización, a lo cual la familia se aboca de lleno. “Tuvimos buenos resultados con los más cercanos, que entendieron, pero con las otras personas no tanto”. En medio del relato, la mujer aseguró entender el por qué: “El que no ve cómo sufren no puede comprender”.
Las fiestas de fin de año hacen emerger la problemática, que sin embargo es frecuente en otros momentos y ámbitos. “El iba a un grupo de la iglesia, participaba siempre, menos en los festejos, porque había pirotecnia y le afectaba mucho”, contó.
Por ello, enviaron varias notas a autoridades eclesiásticas locales, teniendo una respuesta pública hace pocos días, cuando el arzobispo Andrés Stanovnik expresó su total acuerdo con la prohibición de los artefactos de estruendo, incluyendo en precesiones y celebraciones religiosas.
Sabrina, que además tiene varias mascotas, asegura que continuará con las campañas y celebra la ordenanza en vigencia, más allá de la necesidad de mayores controles. “Tenemos la idea de mostrar con un proyector cómo sufren los chicos, así podrán entender mejor”, expresó.
Además, la mujer entiende la normativa y las campañas que se realizan como un primer paso. “Se escuchó menos este año según nos contaron, pero hay que seguir con los mensajes y controlando sobre todo a los grandes distribuidores”, aseguró Sabrina.
En este mismo sentido, la mamá de Mateo expresó que “vi puestos en las calles de varios barrios, pero comprendo que son personas que están tratando de ganarse una moneda y la idea no es ir contra ellos, sino generar un cambio de conciencia”.
Las personas que tienen algún trastorno del espectro autista sufren los estruendos de manera diferente, por lo que no hay casos iguales. Algunos resultan más afectados que otros, pero en todos los casos les ocasiona malestar, obligando a sus seres queridos a adaptarse para protegerlos.
“No usen pirotecnia porque nos asusta, nos lastima el oído y no podemos disfrutar tranquilos”, dice una niña en el video que el Municipio publicó en el marco de la campaña contra los estruendos. En ese mismo sentido se expresaron varios otros junto con sus familiares, buscando comenzar a cambiar un hábito fuertemente arraigado.
Controles
La campaña para evitar el uso de pirotecnia sigue y aseguran que buscarán reforzarla a futuro para mejorar los resultados. También continúan los controles que realiza la Comuna para detectar irregularidades y hacer cumplir la normativa que impide la comercialización de artefactos de más de dos pulgadas.
Por su parte, miembros de la organización TGT Padres TEA Corrientes y de otras seguirán promoviendo la eliminación de estos elementos, al menos de los que generan estruendos que afectan a los niños. Así, prevén nuevas actividades en la vía pública y campañas en general para acompañar y ayudar en el cumplimiento de la normativa que se estrenó este año, con un acatamiento lejos del ideal, pero promisorio.