Viernes 29de Marzo de 2024CORRIENTES34°Pronóstico Extendido

Dolar Compra:$836,0

Dolar Venta:$876,0

Viernes 29de Marzo de 2024CORRIENTES34°Pronóstico Extendido

Dolar Compra:$836,0

Dolar Venta:$876,0

/Ellitoral.com.ar/ Vivir Bien

Músculo que no se usa, se atrofia

Más del 50 por ciento de la población argentina hace menos actividad física de la necesaria para mantenerse saludable. Las recomendaciones de la OMS. 

Por Narella Antonina Colussi

Colaboración Especial

 A nivel global la inactividad física es responsable de 3.2 millones de muertes anuales y de la aparición de millares de enfermedades. Según la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo 2009, en nuestro país se observó una proporción de actividad física baja del 54,9% a pesar de saberse que la misma si es practicada de forma regular disminuye la mortalidad por enfermedades crónicas no transmisibles (Ecnt) al disminuir los episodios ataques cardiovasculares, diabetes, hipertensión, obesidad, depresión y osteoporosis, como así también la de algunos cánceres como colon y mama. 

La OMS (Organización Mundial de la Salud) ha elaborado las recomendaciones mundiales sobre la actividad física para la salud con el objetivo general de proporcionar orientación sobre la relación dosis-respuesta entre frecuencia, duración, intensidad, tipo y cantidad total de actividad física y prevención de patologías crónicas.

Las recomendaciones distinguen tres grupos de edad: 5-17 años, 18-64 años y más de 65 años. 

Perdemos músculos, 

perdemos fuerza

La consecuencia más evidente de la pérdida de musculatura, también conocida como sarcopenia, es la pérdida de fuerza. Esto ocurre frecuentemente por la adopción de dietas milagrosas o mágicas que prometen una rápida pérdida de peso mediante un régimen alimentario no solo carente en calorías sino también de grupos de alimentos y nutrientes. Así es que el descenso que marca la balanza solo es a expensas de masa muscular y líquidos y no por pérdida de masa grasa lo que posteriormente desencadena el renombrado efecto rebote. Por ello es que, si estas dietas son mantenidos durante una cierta cantidad de tiempo, como ocurre con las personas dietantes, las fibras musculares que permiten hacer grandes esfuerzos o correr a gran velocidad se atrofian y como consecuencia el individuo pierde fuerza para realizar sus actividades cotidianas. 

¿Cómo influye la actividad física en el gasto calórico diario?

El cuerpo humano necesita una cierta cantidad de calorías (que dependen del sexo y la edad principalmente) para realizar sus funciones basales en reposo como respirar, mantenerse erguido, hacer la digestión, etc, esa cantidad de calorías aumenta según el nivel de actividad física que el individuo realice, a mayor nivel de actividad física más calorías necesitará la persona para llevarla a cabo y lógicamente su alimentación será más laxa y generosa ya que no tenderá a acumular como masa grasa lo consumido.

Cuando progresivamente se reduce el nivel de actividad los músculos además de perder fuerza con el paso de los años pierden autonomía por lo tanto a medida que el hombre envejece pierde la movilidad y gestión de los movimientos. 

¿Cómo implementar la actividad física a nuestra rutina?

La buena noticia es que a cualquier edad se puede hacer actividad física e incluso en personas mayores los músculos pueden adaptarse rápidamente para prevenir mayores pérdidas y mejorar la fuerza.

La mejor forma de modificar este signo del paso del tiempo es mantenerse activo, hacer actividad física con regularidad y mantenerlo a lo largo de los años. La consulta con un médico o un profesional de actividad física es importante, no sólo para prevenir lesiones u otros problemas de salud, sino para obtener los mejores beneficios del ejercicio. Las recomendaciones argentinas son de 150 minutos de movimiento en la semana, los cuales son acumulativos, es decir, día a día se puede hacer caminata, bici o algún deporte por el tiempo que sea posible siempre y cuando al finalizar la semana se hayan alcanzado los 150 minutos recomendados.

 

Movimiento por edad

Jóvenes (5 a 17 años)

Para los niños y jóvenes de este grupo de edades, la actividad física consiste en juegos, deportes, desplazamientos, actividades recreativas, educación física o ejercicios programados, en el contexto de la familia, la escuela o las actividades comunitarias. Con el fin de mejorar las funciones cardiorrespiratorias y musculares y la salud ósea y de reducir el riesgo de ENT, se recomienda que:

Adultos (18 a 64 años)

Para los adultos de este grupo de edades, la actividad física consiste en actividades recreativas o de ocio, desplazamientos (por ejemplo, paseos a pie o en bicicleta), actividades ocupacionales (es decir, trabajo), tareas domésticas, juegos, deportes o ejercicios programados en el contexto de las actividades diarias, familiares y comunitarias. Se recomienda que:

l Dediquen como mínimo 150 minutos semanales a la práctica de actividad física aeróbica, de intensidad moderada, o bien 75 minutos de actividad física aeróbica vigorosa cada semana, o bien una combinación equivalente de actividades moderadas y vigorosas.

l La actividad aeróbica se practicará en sesiones de al menos 10 minutos de duración.

Adultos mayores (de 65 años en adelante)

Para los adultos de este grupo de edades, la actividad física consiste en actividades recreativas o de ocio, desplazamientos (por ejemplo, paseos caminando o en bicicleta), actividades ocupacionales (cuando la persona todavía desempeña actividad laboral), tareas domésticas, juegos, deportes o ejercicios programados en el contexto de las actividades diarias, familiares y comunitarias.

Los adultos de 65 en adelante dediquen 150 minutos semanales a realizar actividades físicas moderadas aeróbicas, o bien algún tipo de actividad física vigorosa aeróbica durante 75 minutos, o una combinación equivalente de actividades moderadas y vigorosas.

¿Te gustó la nota?

Ocurrió un error
Más Info

PLANIFICACION

La “actividad física” no debe confundirse con el “ejercicio”. Este es una variedad de actividad física planificada, estructurada, repetitiva y realizada con un objetivo relacionado con la mejora o el mantenimiento de uno o más componentes de la aptitud física. La actividad física abarca el ejercicio, pero también otras actividades que entrañan movimiento corporal y se realizan como parte de los momentos de juego, del trabajo, de formas de transporte activas, de las tareas domésticas y de actividades recreativas.