El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, acusó ayer a las organizaciones ambientalistas de tener responsabilidades en los incendios de la región amazónica, que este año aumentaron un 84% respecto del año pasado.
El mandatario hizo declaraciones frente a las críticas nacionales e internacionales sobre la luz verde que otorgó a la explotación económica de la selva amazónica y el despido de científicos que realizan el control de la deforestación.
“Puede estar ocurriendo, es una posibilidad, no lo estoy afirmando, una acción criminal de esas ONG ambientalistas para llamar la atención contra el gobierno de Brasil; esa es la guerra que enfrentamos”, dijo Bolsonaro.
El mandatario sumó así una nueva declaración contra los ambientalistas, luego de haber rechazado el dinero anual que Noruega y Alemania entregan al Fondo Amazonia para incrementar la fiscalización y cumplir las metas de deforestación a las que se comprometió Brasil.
“Tenemos que trabajar para que no haya crímenes ambientales, pero le hemos sacado dinero a las ONG; esa gente está sintiendo la falta de dinero público”, dijo Bolsonaro, que defiende liberar la minería y agricultura en la selva sudamericana, de la cual Brasil posee el 60%.
La Amazonia concentra el 52,5% de los incendios de 2019 en Brasil y el lunes pasado una nube proveniente de las quemas de bosques en el estado de Rondonia, en la frontera con Bolivia y Perú, oscureció a las 15 horas a la ciudad de San Pablo, la más grande del país, a casi 2.000 kilómetros de distancia. Hay 72.000 focos de incendio forestal en el país.
Bolsonaro aprovechó la visibilidad internacional por las quemas de pastizales para volver a criticar a Alemania y Noruega, países que retiraron sus aportes al Fondo Amazonia, creado durante el gobierno del hoy opositor y preso Luiz Inácio Lula Da Silva, como mecanismo de compensaciones a las potencias para aumentar la fiscalización.
El alerta llegó el lunes sobre al aumento de las quemas de bosques en la región norte amazónica y en el centro oeste, en la frontera con el norte paraguayo.
Es que una nube de humo detectada por los satélites oscureció a la ciudad de San Pablo y allí se levantó el debate científico sobre la política de Bolsonaro hacia la Amazonia.
Consultado sobre si tenía pruebas de que ONG estaban detrás de los incendios, Bolsonaro dijo que carecía de ellas, pero acusó a las entidades ambientalistas de “hacer campaña contra Brasil”.
En diferentes oportunidades, el presidente anunció que durante su gobierno no habrá más demarcación de tierras indígenas y que pretende enviar un proyecto de ley para permitir la minería dentro de los territorios ancestrales.
Anteayer, Bolsonaro había dicho que querían llamarlo “Nerón”, pero que en esta época es normal la quema de bosques y pastizales.