En su declaración indagatoria, el ex juez federal de Corrientes Carlos Soto Dávila, imputado en una causa de escuchas ilegales, se refirió al desempeño de sus secretarios Pablo Molina y Federico Grau, también acusados.
“Pablo Molina me defraudó totalmente, me siento desbordado”, detalló el ex magistrado en su defensa y criticó la labor de su ex secretario.
Soto Dávila respondió que “nunca cometió espionaje” y aseveró que los jueces deben delegar su tarea bajo el principio de confianza. En ese sentido, el ex juez arremetió: “Tenía buenas referencias de Molina, pero me defraudó totalmente en su labor”.
Por su parte, la abogada Mariana Barbitta -defensora de Soto Dávila- sostuvo a Radio Dos que “no hay ningún tipo de delito”.
Además, explicó que “la causa es reciente” y que se generó “una imputación vinculada a las escuchas ilegales que nada tienen que ver con Soto Dávila”. “La orden de intervención telefónica del 2014”, sostuvo la abogada y puntualizó que “Soto Dávila declaró que las escuchas son responsabilidad de Molina”.
“El juez debe confiar en la gente que lo rodea”, declaró la abogada y agregó: “No hay delito ni pruebas concretas, nada se pudo comprobar”. Finalmente, Barbitta volvió a remarcar que “las escuchas son responsabilidad de Molina”. Pablo Molina, secretario del Juzgado Federal N° 1 a cargo de Soto Dávila, habría utilizado las autorizaciones del juez federal para efectuar escuchas ilegales a su pareja en el 2014.
Cabe recordar que en el allanamiento a la sede a la que renunció el ex magistrado en febrero pasado, se secuestraron dos expedientes que se hallaban extraviados en el marco de una causa por contrabando de drogas y en el que se detectaron escuchas telefónicas a personas que no tenían vínculo con los delitos investigados.