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Más de 200 cooperativistas resisten los embates del covid-19 y de la suba de costos

Nunca fue fácil para quienes integran Utrasa. Pero hace un año comenzaron a acentuarse las dificultades por el aumento de los precios de los insumos y la pérdida de clientes. Sin embargo, bajo un estricto protocolo, trabajan a diario para ganarse el sustento y la esperanza de que vendrán tiempos mejores.
 

Por El Litoral

Sabado, 26 de diciembre de 2020 a las 02:32

Unión de Trabajadores Sanluiseños (Utrasa) es el nombre de la cooperativa que se formó en 2004 para que el cierre de una fábrica de calzados no significara la pérdida de fuentes de trabajo en la localidad. Desde sus inicios pasaron por una serie de dificultades que en el último año se acentuaron debido a factores externos, y al que luego se sumó la pandemia de covid-19. Sin embargo, a cada uno de los embates ellos siguen resistiendo con un trabajo constante y la fe inquebrantable de que un día también lograrán posicionar su marca a nivel local. 
Desde el 19 de marzo y hasta el 18 de mayo, debido al coronavirus, tuvieron que mantener las puertas de la cooperativa cerrada. Fueron casi 60 días que no pudieron trabajar. Hasta que, tras obtener los permisos de los organismos provinciales y establecer un protocolo para reducir los riesgos de contagio, volvieron a trabajar.
Sin embargo, después tuvieron que hacer cinco desinfecciones en todas las instalaciones porque se detectaron casos de covid-19 en familiares de cooperativistas. “Inclusive tuvimos cinco compañeros afectados. Y se cerró la cooperativa por una semana y media”, recordó la presidenta de Utrasa, Ana María Galarza, en diálogo con El Litoral. Tras lo cual acotó que si bien la pandemia generó y aún les genera dificultades, “desde agosto del año pasado que tenemos varios problemas que los afrontamos con el esfuerzo de todos”.
En este contexto detalló que “el aumento considerable del dólar repercutió directamente en nuestro sistema de producción, porque los insumos que utilizamos se pagan de acuerdo a los valores de esa moneda extranjera. Y luego, al quedar inactiva una de las empresas que era nuestra principal clienta, también disminuyeron los pedidos de los calzados que producimos”.

Propia
Esas adversidades no se circunscribieron sólo a lo que fabrican para otras firmas sino que también se extendió a la fabricación de su línea propia de calzados que incluyen distintos tipos de zapatillas y botines. 
“En enero pasado no nos quedó otra opción que cerrar el local que teníamos en San Luis porque vendíamos pocos pares de calzados y no juntábamos ni para cubrir los costos fijos, es decir, alquiler, luz, agua, el pago del salario de quien estaba a cargo de la venta, etc”, señaló Galarza.  A lo que añadió que “por la pandemia tampoco estamos vendiendo en Corrientes porque como todavía no está habilitado el transporte público, tendríamos que usar el vehículo de la cooperativa y eso generará un costo fijo que no estamos en condiciones de afrontar”. 
Aunque por ahora no tengan locales comerciales propios, Galarza destacó que los calzados que son parte de la marca propia de Utrasa se pueden adquirir en la cooperativa. “Por ejemplo, tenemos zapatillas de $1.800, $2.000. Son de muy buena calidad porque para todo lo que hacemos cumplimos con las normas Iram”.
Premio
Por estos días, la cooperativa tiene un cliente para el cual fabrica dos líneas distintas de calzados de seguridad. Un trabajo que hace aproximadamente un mes fue reconocido a nivel internacional porque “uno de los modelos que fabricamos acá fue distinguido en una exposición que se realizó en Boston (Estados Unidos)”, destacó Galarza.
Precisamente, en este tipo de calzados de seguridad y otro de los modelos solicitados por la firma que es su clienta, hasta el miércoles, inclusive, los cooperativistas estuvieron trabajando.
“Del lunes 20 al miércoles 30 estaremos trabajando. Después nos tomaremos una semana de receso para recobrar fuerzas para el año venidero que anhelamos sea mejor”, manifestó la presidenta de la cooperativa de San Luis del Palmar.
En este punto aclaró: “Que pese a todo, estamos trabajando y tenemos salud. Y seguiremos dando lo mejor de nosotros”.

Protocolo
Para poder seguir trabajando, en la cooperativa tuvieron que adaptar sus jornadas a las medidas sanitarias vigentes por la pandemia. Antes la fábrica funcionaba de lunes a viernes, de 6 a 15. Pero ahora lo hace sólo hasta las 14 porque los cooperativistas no hacen un receso para almorzar a fin de evitar usar espacios o elementos comunes que puedan contribuir al contagio de covid-19. “Y en varias oportunidades trabajamos los sábados porque debido a las desinfecciones generales de la planta interrumpimos el proceso de producción y debíamos cumplir con pedidos”, contó Galarza.
Seguidamente, indicó que “según la demanda que tienen, llegamos a fabricar entre 1.000 y 1.200 pares diarios”. Y si bien la meta es poder alcanzar por lo menos a los 2.000, señaló que “también hay que tener en cuenta que no estamos todos porque debido a la pandemia hay unos 26 integrantes de la cooperativa que no pueden concurrir porque están dentro del grupo considerado de riesgo”.
“Para los que estamos concurriendo existe un estricto protoloco que incluye pasar por una cabina sanitizante, el  aseo específico de las manos antes de ingresar, de las instalaciones y otras medidas que están vigentes desde que nos permitieron volver a trabajar”, afirmó Galarza, quien además subrayó: “Es cierto que las adversidades son varias, pero nosotros no nos rendimos. Somos perseverantes y tenemos fe de que vendrán tiempos mejores”. 
(CC)

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