¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

PUBLICIDAD

Agua

Por El Litoral

Miércoles, 15 de abril de 2020 a las 01:01
Por José Ceschi

¡Buen día! Confieso que el agua es uno de los elementos que más disfruto: desde la tenue llovizna hasta la tempestad sonora, desde el rocío que regala sus perlas en un bello amanecer hasta el simple y cotidiano hecho de bañarse; desde el hilo que se desliza por un pequeño cauce montañoso hasta el inmenso mar que invita a disfrutarlo desde fuera y desde dentro.
Algún psicoanalista podrá tal vez deducir que mi vida intrauterina fue feliz. No lo niego, pero confieso que tampoco lo recuerdo… Lo que resulta innegable es que la mayor parte de nuestro cuerpo está formada por agua. Dicen los entendidos que alrededor del 75 por ciento.
No sorprende pues que el agua guste (excepto a los borrachos y roñosos) y que algún poeta le haya brindado versos como éste: “Bendita lluvia del cielo, /almas gotas de rocío, / que en el largo y seco estío / de nuestro vital anhelo / recogemos en el suelo / de nuestro amargo; / celeste maná divino, tú la sed nos mitificas / hasta llegar a las ricas / fuentes de nuestro destino”.
René Trossero (“Pensar y vivir en libertad”) escribió una densa página  sobre el tema. Dice:
“El agua es fuente de vida. Tu sed de Vida no se sacia con el agua.
El agua de los ríos nunca regresa. Tu vida tampoco.
Nadie trazó los cauces de los ríos, pero las aguas encuentran su camino porque van al mar. Cuando buscas camino ¿sabe adónde vas?
Las aguas de los ríos dejarían de correr si dejaran de renacer allá en la fuete. Lo mismo te sucederá , si no renaces cada día.
Aguas detenidas se corrompen. ¿Estás en marcha o detenido?...
Lluvia, vapor, hielo, nube, cascada, río, mar, torrente, rocío… ¡Aprende del agua a ser tú mismo, cambiando siempre!”.
Jesús dice a la Samaritana: “El que beba del agua que yo le daré, nunca más volverá a tener ser sed. El agua que yo le daré se convertirá en él en manantial que brotará hasta la Vida eterna”.
¡Hasta mañana!

Últimas noticias

PUBLICIDAD