Con una producción que evolucionó notablemente en los últimos años, a la par del consumo de su carne, que pasó de 1 a 16 kilos por habitante en el país, el sector porcino se mantiene como una importante actividad agroindustrial. Un techo todavía muy alto, con China como horizonte de las exportaciones pero también pensando en seguir incrementando la presencia de este producto en la mesa de los argentinos.
La semana pasada se vivió en el país la “Semana de la Carne de Cerdo”, una movida de la Asociación Argentina de Productores Porcinos, para promocionar el consumo de su producto emblema en la previa del Día Nacional de la Porcinocultura, que se celebró el pasado domingo 14 de junio.
La iniciativa sirvió para apuntalar el consumo de este producto en el país. Pero la radiografía del sector va más allá de eso, donde el contexto de cuarentena lo condicionó de manera determinante, y busca salir de un pozo derivado de una mezcla de sobreoferta de cerdos en pie y baja del consumo en algunos canales de comercialización.
“Empezamos el año bien, hasta el 15 o 20 de marzo, a partir de ahí, y en concordancia con el comienzo de la cuarentena, empezamos a tener algunos problemas”, contó Juan Luis Uccelli, referente del sector y consultor de la Asociación Argentina de Productores Porcinos.
Uccelli explicó que el primer problema fueron muchos feriados acumulados durante esos primeros días de aislamiento, lo que generó casi una semana sin faena. “Para nuestro sector son casi 160 mil cerdos que no se faenaron, y empezaron a hacer presión en las granjas. Para que se entienda: es un ciclo completo, donde la chancha está pariendo y el capón está saliendo, y no hay lugar para todos; si se frena una semana la faena a todos los productores del país, hay una sobreoferta de cerdos que baja los precios”, explicó.
Asimismo, el referente del sector explicó que, además, se sumó el primer mes de la cuarentena, donde bajó mucho el consumo. “La gente dejó de consumir fiambres, y nuestro canal “HoReCa” (Hoteles-Restaurantes-Catering) cayó a cero, y es un sector que se lleva el 15% de la producción”, sostuvo.
Esto derivó en una caída del precio que se le paga al productor, que la semana pasada tocó un piso: los frigoríficos y matarifes pagaron entre $55 y $65 por kilo de capón en pie, cuando a principios de marzo el precio promedio era de casi $80 por kilogramo. Sin embargo, desde el sector sostienen que a partir de esta semana comenzaría a repuntar el precio del capón.
Actualmente, el negocio del cerdo pasa cuando se le agregan kilos en el campo. Y por esta cuestión, el segmento de productores pasó de la existencia de algunos criadores, invernadores y terminadores en la década del 90, a sistemas completos, o sistemas integrados con otro productor: uno hace la parte de cría y el otro hace la parte de engorde. “Pero es un sistema totalmente integrado. Y como es una maquinaria, cuando alguno de los eslabones tiene problemas, se complica todo el sistema, y eso es lo que nos pasó ahora”, sostuvo Uccelli.
Sobre la situación del sector, Uccelli explicó que “soy de los que creen que la rentabilidad hay que medirla en los últimos doce meses. Y cuando uno toma los últimos doce meses, la rentabilidad es positiva. La situación se nos complicó y estamos empezando a salir, pero vamos a terminar un año positivo, con precios muy interesantes, y con una rentabilidad que en los últimos 20 años el margen bruto del sector ha sido del 20% en dólares, y debe ser la única actividad agroindustrial de la Argentina que tiene esa paridad en el tiempo”, resumió el referente.
Evolución
Uccelli, que fue 18 años presidente de la Aapp y actualmente es consultor de la institución, explicó que en los últimos 30 años hubo un cambio en donde “pasamos de producir chanchos a producir carne de cerdo”. El referente consideró que “es todo un proceso, porque el concepto cambió y se empezó a trabajar con líneas de alimentos, genética, en mejores instalaciones”.
“En los últimos 15 años, los productores de carne de cerdo no solo producimos un animal en las mejores condiciones de eficiencia, con el menor costo posible, sino que también estamos muy preocupados en la calidad de la carne. Hoy podemos marcar trazabilidad y mejores condiciones. Y por eso la mentalidad de los productores también cambió”, explicó.
La evolución fue de la mano de un incremento increíble en el consumo de carne de cerdo en la Argentina. En la década del ’90 y hasta el año 2002, en el país se consumía 1 kilo de carne fresca y 3 kilos de chacinados por habitante por año. El año pasado, el consumo cerró en 16 kilos en fresco y 3 en chacinados.
“Dejamos de ser un producto caro, porque se consumían las costillitas de cerdo y el pechito; a tener una variedad de cortes disponibles. Hemos desarrollado el jamón con los mismos músculos que tiene la carne vacuna. Por lo cual uno puede preparar el plato que consumimos por excelencia los argentinos, que es la milanesa”, ejemplificó Uccelli.
Esto explica también que hoy los cortes porcinos estén disponibles en casi todas las carnicerías y supermercados, e incluso haya comercios dedicados exclusivamente a la carne de cerdo. “Los carniceros vacunos empezaron a ver una opción en el cerdo, y después hubo gente que vio el negocio en la carnicería exclusiva de cerdo, como ha pasado con el pollo. El cerdo es la carne que más se parece al vacuno, que está tan arraigada en los argentinos. Podemos incluir cerdo en cualquier tipo de comida”, señaló el referente del sector porcino.
Al igual que la carne vacuna, aunque en mayor porcentaje, el principal mercado de la carne de cerdo está fronteras adentro. El 96% de la producción se consume a nivel nacional, y se exporta casi un 4%. “Tenemos posibilidad de aumentar la exportación, con un mercado como China que tiene problemas muy serios: hace dos años comenzó con la peste porcina africana y eso cambió las condiciones de China en cuanto a producir cerdos, con una baja del 30% de su stock de cerdos, y los chinos consumen mucha carne de cerdo; y en ese sentido Argentina tiene muchas ventajas”, señaló Uccelli.
No obstante considerar que un 3,5% de nivel de exportaciones es muy poco y se podría que exportar más, Uccelli consideró que “nos faltan plantas, por ejemplo en el NEA no tenemos plantas para exportar a China; y después estamos trabajando en el tema frío. Porque tenemos plantas en el resto del país, pero con poca capacidad de frío. Y eso pasa a ser un cuello de botella”, explicó.
En este aspecto, el referente del sector explicó que se están tratando de armar líneas de crédito accesibles para mejorar estas condiciones. “No es mucha la inversión que hay que hacer, y sería una gran alternativa para duplicar o triplicar la cantidad de carne de cerdo que estamos exportando”, señaló.
No obstante, también hay un horizonte en el mercado interno. “Actualmente tenemos 19 kilos de consumo y podemos crecer, pensamos en poder llegar a los 40 kilos de carne de cerdo por habitante”, señaló Uccelli. En este sentido, y en un país donde se consumen 120 kilos de carne por habitante por año –entre vacuna, porcina y aviar-, el consultor explicó que “nosotros vemos que va a haber cambios en el consumo de carne vacuna, que va a seguir disminuyendo porque es una carne cara: vale mucho en el mundo y se puede exportar para conseguir dólares al país; y por eso pensamos en poder seguir consumiendo otro tipo de carnes, como es la carne de cerdo”.
En este sentido, Uccelli sostuvo que “puede haber un cambio de hábito en el consumo de los argentinos, y pasar a dividir el consumo en tercios: un tercio vacuno, un tercio porcino y un tercio vacuno, como sucede en Estados Unidos”.